miércoles, 28 de noviembre de 2012
Federico García Lorca
Veleta
Viento del Sur,
moreno, ardiente,
llegas sobre mi carne,
trayéndome semilla
de brillantes
miradas, empapado
de azahares.
Pones roja la luna
y sollozantes los álamos cautivos, pero vienes
¡demasiado tarde!
¡ya he enrollado la noche de mi cuento
en el estante!
Sin ningún viento,
¡hazme caso!
gira, corazón;
gira, corazón.
Aire del Norte,
¡oso blanco del viento!
llegas sobre mi carne
tembloroso de auroras
boreales,
con tu capa de espectros
capitanes,
y riyéndote a gritos
del Dante,
¡oh pulidor de estrellas!
pero vienes demasiado tarde.
Mi armario está musgoso
y he perdido la llave.
Sin ningún viento,
¡hazme caso!
gira, corazón;
gira, corazón.
Brisas, gnomos y vientos
de ninguna parte.
Mosquitos de la rosa
de pétalos pirámides.
Alisios destetados
entre los rudos árboles,
flautas en la tormenta,
¡dejadme!
tiene recias cadenas
mi recuerdo,
y está cautiva el ave
que dibuja con trinos
la tarde.
Las cosas que se van no vuelven nunca
todo el mundo lo sabe,
y entre el claro gentío de los vientos
es inútil quejarse,
¿Verdad, chopo, maestro de la brisa?
¡es inútil quejarse!
Sin ningún viento,
¡hazme caso!
gira, corazón;
gira, corazón.
sábado, 24 de noviembre de 2012
viernes, 23 de noviembre de 2012
Luis Rogelio Nogueras
Arte poética
Ahora sé
que el poema, antes de ser las líneas trazadas
con prisa,
es la conversación en el café,
la sonrisa azul de Blanca Luz,
la muerte de este hombre,
el apretón de manos o la vida entre dos.
Ahora sé
que trazar estas líneas
no es
sino la forma última de hacer la poesía,
el último acto del poema,
la función de trasplantar la vida a la hoja.
La poesía empieza en todas partes
y termina siempre en los papeles.
Labios sim beijos
Otra boca besa la boca que mi boca ya no besa
otras manos tocan las manos que mis manos
ya no tocan
otros ojos se miran en los ojos que ya no ven
mis ojos
boca que te fuiste
manos que se fueron
ojos que se fueron
mi mano escribe el poema
que mi boca no quiere repetir, no
que mis ojos no quieren leer, no
mi mano escribe el poema de tu boca
(que tampoco repetirá tu boca)
el poema de tus ojos
(que tampoco leerán tus ojos)
el poema de tus manos
(que tus manos no tocarán)
se fue la boca, sí
se fueron las manos, sí
se fueron los ojos, sí
sólo queda el poema
manco
ciego
mudo
lunes, 19 de noviembre de 2012
domingo, 18 de noviembre de 2012
Constantino Cavafis
Media hora
Ni te he poseído ni te poseeré
nunca, creo. Unas pocas palabras, un acercamiento
como en el bar anteayer, y nada más.
Es triste, no lo niego. Pero nosotros los artistas,
a veces, con el poder de la mente, y, claro está, sólo
por pocos minutos, creamos un placer
que casi parece real.
Así, en el bar anteayer –ayudado, además,
tan misericordiosamente por el alcohol-
pasé media hora totalmente erótica.
Y me parece que lo comprendiste
y te quedaste un rato más a propósito.
Y eso era muy necesario. Porque,
a pesar de toda mi imaginación y de la magia del vino,
me era preciso ver tus labios,
me era preciso tener tu cuerpo junto a mí.
sábado, 10 de noviembre de 2012
Desmond O’Grady (Irlanda)
Propósito
Contemplé mis días y vi que
con la primera afirmación del verano
debo dejar todo lo que conocí: la casa,
la familiaridad de la familia,
compañeros y recuerdos de la niñez,
un porvenir cortado como un traje a medida,
una vida ordenada entre mis amigos de la escuela.
Contemplé cara a cara a mi futuro:
vi viajes a lugares distantes,
la diaria pelea para sobrevivir
en ciudades extranjeras con lenguas extranjeras
y pequeños cuartos alquilados durante noches
sin compañía, solo a veces el consuelo
de un amable brazo anónimo sobre la almohada.
Contemplé los rostros a mi alrededor
y vi el final de mis días como un barco que regresa,
con su vigía cantando en las jarcias.
Vi mi vida y fui hacia ella,
como un marino parte solo a la noche de su casa
y va hacia el puerto con sus pertenencias atadas,
y zarpa hacia la oscuridad.
lunes, 5 de noviembre de 2012
Rosario Castellanos
Desamor
Me vio como se mira al través de un cristal
o del aire
o de nada.
Y entonces supe: yo no estaba allí
ni en ninguna otra parte
ni había estado nunca ni estaría.
Y fui como el que muere en la epidemia,
sin identificar, y es arrojado
a la fosa común.
sábado, 3 de noviembre de 2012
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