domingo, 27 de febrero de 2011
2 poemas de Leonard Cohen
EL AMANTE DESPUÉS DE TODO
Aunque eres capaz de ser más astuta que yo, no pienso volver a ti. Aunque la pureza de tu amor se vea reafirmada
por el unánime temblor de todas y cada una de las plumas de las huestes celestiales, no tengo intención de volver al hacha
de tu amor. Oh triunfante hombre esposo y rey del lazo de los caballos sin corral, no pienso volver a ti, aunque me retuerza
entre tus brazos y rinda ante tu voluntad la esencia total de mi polvorienta cáscara aquí en este capturado salón del sudor,
jamás pienso regresar, juro por la desgarrada cortina de mi virginidad y el silencio espeso como la sangre entre las palabras
sin puentes, que te mentiré por toda la eternidad; y que jamás seré de nuevo el receptáculo de tu necesidad.
Mi esposa y yo
Mi esposa y yo hicimos el amor esta tarde.
Nos escondimos juntos de la luz de nuestro deseo, frente contra frente.
Más tarde me preguntó: ¿Tuve para ti un sabor dulce? Querida compañera así fue.
Esta noche me quedé mirando con placer cómo se desnudaba y se ponía su pijama de franela. La estreché con fuerza hasta
que se quedó dormida.
Después cerré la luz y abandoné la habitación cuidadosamente y bajé aquí contigo.
jueves, 24 de febrero de 2011
lunes, 21 de febrero de 2011
martes, 15 de febrero de 2011
TRISTAN TZARA
Manifiesto del señor Antipirina
DADÁ es nuestra intensidad: que erige las bayonetas sin
consecuencia la cabeza sumatral del bebé alemán; DADÁ es la
vida sin pantuflas ni paralelos; que está en contra y a favor de la
unidad y decididamente contra el futuro; sabemos sensatamente
que nuestros cerebros se convertirán en cojines blancuzcos, que
nuestro antidogmatismo es tan exclusivista como el funcionario
y que no somos libres y gritamos libertad; necesidad severa sin
disciplina ni moral y escupamos sobre la humanidad.
DADÁ permanece dentro del marco de las debilidades europeas,
es una cochinada como todas, pero de ahora en adelante
queremos zurrarnos en diversos colores para ornar el jadrín
zoológico del arte de todas las banderas de los consulados.
Nosotros somos directores de circo y chiflamos entre los vientos
de las ferias, por entre los conventos, prostituciones, teatros,
realidades, sentimientos, restaurantes, uy, jojo, bang, bang.
Nosotros declaramos que el coche es un sentimiento que nos ha
mimado más de lo suficiente en las lentitudes de sus
abstracciones, como los transatlánticos, los ruidos y las ideas.
Sin embargo, nosotros exteriorizamos la facilidad, buscamos la
esencia central y nos sentimos contentos si podemos ocultarla;
no queremos contar las ventanas de la élite maravillosa, pues
DADÁ no existe para nadie y queremos que todo el mundo
entienda eso. Es ahí, se los aseguro, donde está el balcón de
Dadá. Desde donde uno puede oír las marchas militares y
descender cortando el aire como un serafín en un baño popular,
para mear y comprender la parábola.
DADÁ no es locura, ni sabiduría, ni ironía, mírame, gentil
burgués.
El arte era un juego color de avellana, los niños armaban las
palabras que tienen repique al final, luego lloraban y gritaban la
estrofa, y le ponían las botitas de las muñecas, y la estrofa se
volvió reina para morir un poco y la reina se convirtió en ballena
y los niños corrían y se quedaron sin cena.
Y luego vinieron los grandes embajadores del sentimiento,
quienes exclamaron históricamente a coro:
Psicología Psicología jiji
Ciencia Ciencia Ciencia
Viva Francia
No somos naïf
Somos sucesivos
Somos exclusivos
No somos simples
y sabemos bien discutir de la inteligencia.
Pero Nosotros, DADÁ, no compartimos su opinión, pues el arte
no es cosa seria, se los aseguro, y si mostramos el crimen para
doctamente decir ventilador, es para halagarles, queridos
oyentes, los amo tanto, se los aseguro, los adoro.
miércoles, 9 de febrero de 2011
sábado, 5 de febrero de 2011
SYLVIA PLATH (1932-1963) - Diarios
PARÍS
1 de abril 1955
Programa: ganar amigos e influir en la gente.
No beber más de la cuenta: (Recuerda las desgracias con Iko después de la fiesta de St. John; Hamish, dos citas, la fiesta de St. Botolph´s y la noche de Londres); mantente sobria.
Ser casta y no insinuarte tanto (c.f. David Buck, Mallory, Iko, Hamish, Ted, Tony Gray). Pese a los rumores y a M. Boddy (1), no permitir que en este trimestre compruebe nadie los fallos del anterior.
Mostrarme amistosa y más contenida. En caso necesario, niebla espesa de “mujer misteriosa”, reposada, simpática, ligeramente desconcertada ante escándalos llenos de colorido. Rechazar el desparpajo con que actúa Sally Bowles.
Trabajar en vida interior para enriquecerla. Concentrarme en asignatura de Krook, escribir (relatos, poemas, artículos para Monitor, apuntes). Francés todos los días.
No parlotear tanto. Escuchar más; simpatizar con la gente y “entenderla”.
Guardarme mis problemas.
Soportar las habladurías mezquinas y los desaires y no darles importancia. Ser amable y adoptar una actitud positiva ante todo.
No criticar a nadie ante otra persona. Las citas incorrectas son como un juego telefónico.
No salir ni con Gary ni con Hamish. Ser amable, pero no entusiasta con Keith y los demás.
Ser estoica cuando haga falta y escribir. Has visto muchas cosas, has sentido con mucha hondura y tus problemas son lo bastante universales como para hacer que tengan sentido. ESCRIBE.
1. Michael St. George Boddy, amigo íntimo de Ted Hughes.
13 de marzo, jueves por la mañana…
Sentada, caliente, soñolienta, y ya al otro lado de los escalofríos, escribo aquí, tratando de edificar un centro de calma. Ayer fue un horror; Ted, para explicar la menstruación, dijo algo sobre la luna y Saturno que me puso tensa como un alambre y me hizo vibrar sin piedad. Demasiado cansada para apreciar el humor salvífico, derribada, tocada en lo más hondo… Pelea con Ted sobre coser botones de chaquetas (algo que debo hacer), sobre ponerse el traje gris y sobre otras cosas igualmente triviales, él saliendo de la enfermedad y yo hundiéndome en ella. Engullendo un ala de pollo y un revoltijo de espinacas y tocino, y todo convirtiéndose en veneno. Dream Play –producción ambiciosa- la hija desciende bailando a través de un transparente telón de nubes, su voz demasiado ceremoniosa y teatral… la ironía de la pieza es que todo es verdad en mi propia vida. Acabábamos de pelearnos sobre botones y cortes de pelo (como las ensaladas y otras cosas parecidas como base para el divorcio) y en especial las instrucciones que repite una y otra vez el funcionario: enseñando y aprendiendo para siempre que dos veces dos es… ¿qué? Y yo, sentada también en el mismo asiento que ocupé hace tres, cuatro, cinco, seis, siete años, enseñando lo que aprendí hace uno, dos, tres, cuatro años, con menos vigor que cuando lo estudié y aprendí, viviendo entre fantasmas y rostros familiares que finjo no reconocer… Todo girando sobre sí mismo, con sabor a levadura agria, con sabor a ardor de estómago. Ahora debo vestirme a toda prisa e ir a clase, pronto, para robar tres blocs de color rosa: sí, para mi novela. Acabo de leer la basura sensacionalista que es El bosque de la noche , todos pervertidos, todo rimbombante, melodramático: “el sexo olvidado por Dios”. Autocompasión, como el gemido teatral del Dream Play. Compadecednos: oh, oh, oh, la humanidad es lastimosa…
1. La novela, ya clásica, de Djuna Barnes.
1 de abril 1955
Programa: ganar amigos e influir en la gente.
No beber más de la cuenta: (Recuerda las desgracias con Iko después de la fiesta de St. John; Hamish, dos citas, la fiesta de St. Botolph´s y la noche de Londres); mantente sobria.
Ser casta y no insinuarte tanto (c.f. David Buck, Mallory, Iko, Hamish, Ted, Tony Gray). Pese a los rumores y a M. Boddy (1), no permitir que en este trimestre compruebe nadie los fallos del anterior.
Mostrarme amistosa y más contenida. En caso necesario, niebla espesa de “mujer misteriosa”, reposada, simpática, ligeramente desconcertada ante escándalos llenos de colorido. Rechazar el desparpajo con que actúa Sally Bowles.
Trabajar en vida interior para enriquecerla. Concentrarme en asignatura de Krook, escribir (relatos, poemas, artículos para Monitor, apuntes). Francés todos los días.
No parlotear tanto. Escuchar más; simpatizar con la gente y “entenderla”.
Guardarme mis problemas.
Soportar las habladurías mezquinas y los desaires y no darles importancia. Ser amable y adoptar una actitud positiva ante todo.
No criticar a nadie ante otra persona. Las citas incorrectas son como un juego telefónico.
No salir ni con Gary ni con Hamish. Ser amable, pero no entusiasta con Keith y los demás.
Ser estoica cuando haga falta y escribir. Has visto muchas cosas, has sentido con mucha hondura y tus problemas son lo bastante universales como para hacer que tengan sentido. ESCRIBE.
1. Michael St. George Boddy, amigo íntimo de Ted Hughes.
13 de marzo, jueves por la mañana…
Sentada, caliente, soñolienta, y ya al otro lado de los escalofríos, escribo aquí, tratando de edificar un centro de calma. Ayer fue un horror; Ted, para explicar la menstruación, dijo algo sobre la luna y Saturno que me puso tensa como un alambre y me hizo vibrar sin piedad. Demasiado cansada para apreciar el humor salvífico, derribada, tocada en lo más hondo… Pelea con Ted sobre coser botones de chaquetas (algo que debo hacer), sobre ponerse el traje gris y sobre otras cosas igualmente triviales, él saliendo de la enfermedad y yo hundiéndome en ella. Engullendo un ala de pollo y un revoltijo de espinacas y tocino, y todo convirtiéndose en veneno. Dream Play –producción ambiciosa- la hija desciende bailando a través de un transparente telón de nubes, su voz demasiado ceremoniosa y teatral… la ironía de la pieza es que todo es verdad en mi propia vida. Acabábamos de pelearnos sobre botones y cortes de pelo (como las ensaladas y otras cosas parecidas como base para el divorcio) y en especial las instrucciones que repite una y otra vez el funcionario: enseñando y aprendiendo para siempre que dos veces dos es… ¿qué? Y yo, sentada también en el mismo asiento que ocupé hace tres, cuatro, cinco, seis, siete años, enseñando lo que aprendí hace uno, dos, tres, cuatro años, con menos vigor que cuando lo estudié y aprendí, viviendo entre fantasmas y rostros familiares que finjo no reconocer… Todo girando sobre sí mismo, con sabor a levadura agria, con sabor a ardor de estómago. Ahora debo vestirme a toda prisa e ir a clase, pronto, para robar tres blocs de color rosa: sí, para mi novela. Acabo de leer la basura sensacionalista que es El bosque de la noche , todos pervertidos, todo rimbombante, melodramático: “el sexo olvidado por Dios”. Autocompasión, como el gemido teatral del Dream Play. Compadecednos: oh, oh, oh, la humanidad es lastimosa…
1. La novela, ya clásica, de Djuna Barnes.
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