Álvaro José Arroyo González nació en Cartagena el primero de noviembre de 1955. Su padre, Guillermo Arroyo, abandonó a su madre Ángela González, una de las seis mujeres (todas llamadas Ángela) con quien tuvo 39 hijos.
La mala situación económica de su familia lo obligó a trabajar de niño cargando baldes de agua hasta la tienda de un señor llamado Jericó. Fue en esos trayectos cuando tuvo su primer acercamiento con la música, pues según confesó en 2005 en la desaparecida revista Cambio, cuando los tarros estaban vacíos se los ponía en la cabeza y entonaba la música de Raphael o el Ave María. Cuando finalizaba su 'presentación' se ovacionaba él mismo.
Su primer concierto formal lo hizo a los 8 años en el colegio Santo Domingo, lugar en el que conoció al profesor de piano Mincho Amaya, también director del conjunto que tocaba en el hotel Americano, y quien lo llevó a cantar a los prostíbulos que había en Tesca, la zona de tolerancia del puerto de Cartagena.
Durante cinco años Arroyo alternó su trabajo en Tesca con la Coral de Cartagena, donde había sido becado por el Arzobispo de Bogotá. En el primero cantaba por 100 pesos desde las 9 de la noche hasta las 3 de la mañana, y luego se iba a estudiar de 7 de la mañana a una de la tarde. Del colegio fue expulsado cuando el profesor de física fue al prostíbulo Club Verde, donde Joe Arroyo era el líder de la banda los Seven del Swing. 'Meteorito', como le decían al docente, hizo que el niño saliera del colegio por llevar una vida irregular, algo que se le perdonó cuando lo llamaron para que le cantara al Arzobispo de Cartagena.
Arroyo dejó su trabajo en Tesca cuando le brindaron la oportunidad de hacer parte de una nueva orquesta que se estaba organizando en Barranquilla. En ese tiempo estaba en cuarto de bachillerato, por lo que su madre culpó a Cástulo Boiga, director de la orquesta La Protesta de Colombia, de llevarse a su hijo a Galapa, un pueblo del Atlántico. Todo volvió a la normalidad cuando el joven le dijo a su madre que su vida estaba en la música; ella entendió que él nunca iba a ser el abogado que se había imaginado.
A Julio Ernesto Estrada, Fruko, lo conoció en Puerto Colombia cuando estaba buscando cantante para su orquesta Los Tesos. Joe Arroyo grabó 'El ausente', una obra de Isaac Villanueva, que alcanzó el éxito nacional necesario para que Fruko lo contratara como vocalista de sus Tesos. Entonces Arroyo se radicó en Medellín.
En la década del 70 Joe Arroyo ya era uno de los cantantes más cotizados de Colombia, y ya había colaborado con las orquestas The Latin Brothers (con las canciones 'Dos caminos' y 'Patrona de los reclusos'), y Los Líderes (con 'Los barcos de la bahía'). El ser reconocido como uno de los intérpretes más interesantes de la salsa moderna le dio la posibilidad de fundar a principios de los años 80 su propia orquesta, La Verdad, con la que viajó a varios lugares del mundo entre los que se destacan Nueva York, Miami, Puerto Rico y República Dominicana.
Con La Verdad logró ser uno de los artistas latinos más importantes, por lo que participó en grandes eventos como el Carnaval de Barranquilla, el Festival de Salsa de Nueva York y los festivales de jazz de Bruselas y París.
Joe Arroyo se dedicó cen su orquesta a mezclar diversas influencias musicales, fundamentalmente la salsa con la música caribeña colombiana (cumbia, porro y champeta) y con varios ritmos del Caribe (soca, reggae) hasta crear su propio ritmo, el 'Joesón', que le caracteriza y le hace único. Algunos de sus temas son ahora clásicos de la música caribeña, con grandísimas canciones salseras y en diversos ritmos del Caribe colombiano, que le han supuesto multitud de premios y ser considerado como el Rey del Carnaval de Barranquilla.
La mala situación económica de su familia lo obligó a trabajar de niño cargando baldes de agua hasta la tienda de un señor llamado Jericó. Fue en esos trayectos cuando tuvo su primer acercamiento con la música, pues según confesó en 2005 en la desaparecida revista Cambio, cuando los tarros estaban vacíos se los ponía en la cabeza y entonaba la música de Raphael o el Ave María. Cuando finalizaba su 'presentación' se ovacionaba él mismo.
Su primer concierto formal lo hizo a los 8 años en el colegio Santo Domingo, lugar en el que conoció al profesor de piano Mincho Amaya, también director del conjunto que tocaba en el hotel Americano, y quien lo llevó a cantar a los prostíbulos que había en Tesca, la zona de tolerancia del puerto de Cartagena.
Durante cinco años Arroyo alternó su trabajo en Tesca con la Coral de Cartagena, donde había sido becado por el Arzobispo de Bogotá. En el primero cantaba por 100 pesos desde las 9 de la noche hasta las 3 de la mañana, y luego se iba a estudiar de 7 de la mañana a una de la tarde. Del colegio fue expulsado cuando el profesor de física fue al prostíbulo Club Verde, donde Joe Arroyo era el líder de la banda los Seven del Swing. 'Meteorito', como le decían al docente, hizo que el niño saliera del colegio por llevar una vida irregular, algo que se le perdonó cuando lo llamaron para que le cantara al Arzobispo de Cartagena.
Arroyo dejó su trabajo en Tesca cuando le brindaron la oportunidad de hacer parte de una nueva orquesta que se estaba organizando en Barranquilla. En ese tiempo estaba en cuarto de bachillerato, por lo que su madre culpó a Cástulo Boiga, director de la orquesta La Protesta de Colombia, de llevarse a su hijo a Galapa, un pueblo del Atlántico. Todo volvió a la normalidad cuando el joven le dijo a su madre que su vida estaba en la música; ella entendió que él nunca iba a ser el abogado que se había imaginado.
A Julio Ernesto Estrada, Fruko, lo conoció en Puerto Colombia cuando estaba buscando cantante para su orquesta Los Tesos. Joe Arroyo grabó 'El ausente', una obra de Isaac Villanueva, que alcanzó el éxito nacional necesario para que Fruko lo contratara como vocalista de sus Tesos. Entonces Arroyo se radicó en Medellín.
En la década del 70 Joe Arroyo ya era uno de los cantantes más cotizados de Colombia, y ya había colaborado con las orquestas The Latin Brothers (con las canciones 'Dos caminos' y 'Patrona de los reclusos'), y Los Líderes (con 'Los barcos de la bahía'). El ser reconocido como uno de los intérpretes más interesantes de la salsa moderna le dio la posibilidad de fundar a principios de los años 80 su propia orquesta, La Verdad, con la que viajó a varios lugares del mundo entre los que se destacan Nueva York, Miami, Puerto Rico y República Dominicana.
Con La Verdad logró ser uno de los artistas latinos más importantes, por lo que participó en grandes eventos como el Carnaval de Barranquilla, el Festival de Salsa de Nueva York y los festivales de jazz de Bruselas y París.
Joe Arroyo se dedicó cen su orquesta a mezclar diversas influencias musicales, fundamentalmente la salsa con la música caribeña colombiana (cumbia, porro y champeta) y con varios ritmos del Caribe (soca, reggae) hasta crear su propio ritmo, el 'Joesón', que le caracteriza y le hace único. Algunos de sus temas son ahora clásicos de la música caribeña, con grandísimas canciones salseras y en diversos ritmos del Caribe colombiano, que le han supuesto multitud de premios y ser considerado como el Rey del Carnaval de Barranquilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario