Un mal radical habita en el hombre
Hay en el hombre una propensión
natural al mal; y esta propensión misma, puesto que ha de ser finalmente buscada
en un libre albedrío y, por lo tanto, puede ser imputada, es moralmente mala.
Este mal es radical, pues corrompe el fundamento de todas las máximas; a la
vez, como propensión natural, no se lo puede exterminar mediante fuerzas
humanas, pues esto solo podría ocurrir mediante máximas buenas, lo cual no
puede tener lugar si el supremo fundamento subjetivo de todas las máximas se
supone corrompido; sin embargo, ha de ser posible prevalecer sobre esta propensión,
pues ella se encuentra en el hombre como ser que obra libremente.
La religión dentro de los límites de la mera razón (1793)
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