"...No ha criado la tierra animal más endeble que el hombre entre cuantos respiran y sobre la tierra se mueven. No imagina que habrá de sufrir infortunios en tanto las deidades le otorgan la dicha y sus piernas se mueven. Pero, cuando los dioses dichosos le dan la desgracia, quiera o no, la soporta con un corazón resignado. Porque tal es la suerte del hombre terrestre, que muda con el día que el padre de dioses y de hombres nos manda."
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