La
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura, Unesco, declaró el 2015 como el Año Internacional de
la luz.
Óscar Jairo González Hernández
Profesor Facultad de Comunicación
Comunicación y Lenguajes Audiovisuales
Universidad de Medellín
Serán 365 días para reflexionar
sobre cómo la luz incide en nuestra vida y obra, por lo cual varios
dramaturgos, ensayistas, fotógrafos, poetas y escritores contemporáneos
compartieron ¿qué es para ellos la luz?, ¿cómo se dio su relación inicial ante
ella?, ¿cómo se desarrolló, evolucionó o no interviniendo su ser y hacer estético?.
Además, los entrevistados expresaron ¿con la obra
de qué poetas, escritores, pintores, escultores o demás creadores
descubrieron y pudieron transmitir a sí mismos su relación con el tema de la
luz? y ¿si consideran o no que la relación con la luz se mantiene y
sostiene intacta o indeleble en su hacer estético?
Walther
Espinal (Poeta)
“La luz es el comienzo o el fin
de las cosas. Es el complemento de la oscuridad. Cuando era niño tuve un tiempo
en que no era capaz de dormir sin luz, de las cortinas emergían nubarrones a
punto de estallar; ahora, después de una treintena de años, una mínima chispa
de luz abre mis ojos nerviosos. Mi primer encuentro con la luz se
remonta a mi época de escolar, a aquellos instantes reveladores de los libros.
Cuando leo a José Manuel Arango descubro mucha luz en sus versos. Y esta luz
tiene el carácter de acompañamiento, vigilia, esperanza y fragilidad”.
“Mi idea inicial de la luz fue
evolucionando con el estudio de la Filosofía, especialmente con la lectura de
los textos de Platón. Es muy conocido aquel pasaje de La República donde
se recrea el mito de la caverna. De un modo persuasivo Platón nos empuja a
abandonar cualquier pasividad de pensamiento y a través de alegorías pinta el
horizonte como un mundo luminoso”.
“Siempre la luz la he relacionado
con la llama. Y en la llama he visto reflejada a la poesía. Un poeta
ecuatoriano, David Ledesma, hace arder hilos de luz en su poema Teoría de la
llama: ‘Me transfiguro/ en una entera llama de Poesía/ que arde/ crepita/ y
ruge/ desde adentro’”.
Doris
Benítez Gallego (Fotógrafa y docente)
“Para mí, la luz es revelación.
Lo es todo, es alquimia, descubrimiento y sorpresa… es el esplendor que devela
lo verdadero. Sin ella nada existiría”.
“Es la esencia de la fotografía y
-podría decir- de todo cuanto existe, gracias a ella el mundo ‘material’
deviene visible. Así mismo, es metáfora ‘espiritual’. En realidad, para mí,
está presente en todo”.
“Desde pequeña me maravillaba y
me preguntaba sobre el porqué de muchos de los fenómenos que implicaban la
acción y la naturaleza de la luz”.
“Llevo más de 20 años trabajando
en diferentes instituciones educativas y universidades de la ciudad. Este
acontecer ha generado profundos cambios en mi modo de ver y sentir la
fotografía como también, todas lasreflexiones y disertaciones suscitadas a
raíz de los aspectos que comprende y encierra la llamada postfotografía”.
Lucía
Estrada (Poeta)
“La luz será siempre en mi vida
una presencia inquietante. Ella permanece de pie frente a mí aunque
sea noche cerrada. Es ella la que se desliza por los muros, por la
superficie de las cosas hasta encontrarme. Nunca habla en voz alta por más que
venga del sol. La verdadera luz entabla relación directa con nuestras visiones,
con nuestra experiencia del mundo. La verdadera luz canta debajo de los
párpados, es ella la que incita el deseo de fundar nuevas formas, nuevos
colores, nuevas atmósferas”.
“Lo maravilloso de la memoria
poética que tiene la luz es que te permite pasar de un estado a otro
del espíritu con la fluidez del agua, manteniéndose siempre protegida de
nuestros momentos llanos, sin gracia, es decir, a pesar de nosotros
mismos. Es esa luz de la que no nos ocupamos pero que vive en nosotros y salta
en nuestras palabras y en nuestros abismos, la que nos vincula con los rasgos
originales de lo que realmente somos”.
William
Gómez (Dramaturgo y actor)
“Luminosidad, el espacio de las
sombras, el cerebro, la escritura. Asumo la idea de luz como el punto de
fuga en la vida del esteta, el descubrimiento de la energía de la poesía”.
“En la escritura y la poesía y la
pintura, tiendo la mano de mi gusto particularmente a Arthur Rimbaud, VincentVan Gogh,
Felisberto Hernández y Macedonio Fernández. Sus ideas, reflexiones y acciones
son una línea férrea a la hora de concebir ideas para mi mundo, para mi hacer”.
Jacobo
Echeverri (Dramaturgo y novelista)
“Recuerdo que cuando
pequeño se iba la luz. Si nadie encendía una vela, yo la buscaba en los
cajones. Tanteaba en la oscuridad con la incómoda sensación de que alguien
podía tocarme por la espalda. La llama nos reunía a todos en la mesa o en la
sala. Si sólo estábamos en casa mi mamá y yo, ella me contaba historias, me
hablaba de su infancia”.
“Una fogata en medio de la nada
me provoca estar en silencio, como si así se limpiaran los pensamientos. Un par
de veces, caminando en medio de la noche por carreteras secundarias llenas
de polvo y piedra llegué a divisar en el fondo las luces de autos que
se acercaban. Todo se reducía en aquel momento a decidir si debía dejarme o no
dejarme ver. En esa elección podía haber un giro en la historia, y temía
descubrirlo”.
“Me gustaría llegar a escribir de
la forma en que Edward Hopper pintaba, de tal manera que el lector pudiera encontrar,
si se atrevía a mirar dentro de los personajes, espacios iluminados como
lo haría Goya”.
Juan
Pascuales (Dramaturgo y actor)
“La luz es metáfora del
intelecto. En mi niñez se manifestaba en dudas constantes ante las
inconsistencias en las interpretaciones que las que muchos adultos daban a los
mitos y a los sucesos. Recorrí muchos cultos; iluminados de toda calaña
estuvieron cerca de apagar la frágil llama que heredé de Prometeo. Nietzsche
derramó su combustible en mi alma a los 15 años; desde esa época empecé a
distanciarme de ‘los seres de luz’”.
“Con la llama me adentré en
lugares oscuros del mundo y de la mente, durante siete años… eso
tardé en cazar a los dioses de mis seres amados para arrancarles los ojos y
adornar con ellos mi corona de Rey Tonto”.
Hugo
Mujica (Poeta, ensayista)
“Nunca me relacioné con la luz
-sería como relacionarse con el silencio, uno sólo se relaciona con las
palabras, incluida “silencio”- me relacioné con lo que ella ilumina y
en lo iluminado se esconde: deja ser, muestra sin mostrarse, la vemos -sin
verla- en lo que se trasparenta y en lo mostrado de sí se olvida”.
“Sin duda con la del arquitecto
Tadao Ando, que, en su concepción espacial -creo yo habiendo estado en algunos
de sus edificios y en su Iglesia de la Luz- no parte del vacío, del espacio a
dar forma, a rodear, sino de la luz, de cómo dejarla llegar, cómo abrirle
lugar”.
“Una autocita: ‘Las sombras no
dan a luz, pero también desde ellas nacemos, digo, nada es intacto o indeleble,
todo es relación y mutuamente se crean. Me vuelvo a citar: Dios se oculta en
las sombras de su propia luz’”.
Carlos
Ciro (Traductor, poeta y ensayista)
“La luz es la primera ilusión de
mundo y, tras la ustión del aire que inunda los pulmones del neonato, la
segunda herida que ritma el latir del corazón. Es imposible no pensar en
Lezama-Lima y su preciosa definición: ‘la luz es el primer animal visible de lo
invisible’. La luz acompaña siempre, desde el nacimiento, pero la conciencia de
su presencia sólo asiste cuando nos arropa la densa oscuridad. Es la oscuridad
la que delata su existencia y traza sus rumbos”.
“En la escritura, cuando comienzo
a sentirla como una voluntad de desaparición, de borradura y a entenderla como
señal de una herida, como cicatriz -fisura y hendidura a un mismo tiempo- que
en la epidermis del tiempo se instaura sabiendo que nada allí permanece; cuando
la escritura cobra la forma de un hechizo que intenta apresar entre líneas de
sombra la huidiza luz que rutila en el fondo de todo y es nada”.
Mauricio
Naranjo (Poeta y ensayista)
“Gastón Bachelard, La llama de
una vela. Sólo en ese instante se revelan todos los misterios, sólo con
la llama de una vela existe la luz verdadera, aquella que permite la
ensoñación, la duermevela: el fuego de la pasión, la luz del conocimiento, el
éxtasis fulgurante donde bailan los dioses que nos habitan”.
“Iluminado por fantasmas, transito por la creación.
La luz sí, pero aquella tenue que se insinúa como una mujer desnuda en la
oscuridad de mi ser taciturno e iridiscente. La luz, sí, pero aquella que
habita en los ojos como una ilusión, como un acto de magia en el circo de los
muertos y en la risa de una ciudad eléctrica que odia las estrellas”.
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