No comprendo a los astrónomos. ¿Cómo ninguno de
ellos se vuelve loco o se suicida? Imagino que son hombres sin fantasías y sin
dignidad, incapaces de sentir el insulto permanente de las constelaciones
refugiadas en el fondo de los desiertos del espacio. Midiendo y calculando se
ilusionan tal vez, pensando que dominan el cielo o al menos que son admitidos
como huéspedes.
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