Me detuve y fui un árbol en medio del bosque
y supe la verdad de cosas nunca vistas;
de Daphne y la rama de laurel
y de esa vieja pareja que adoraba a los dioses
convertida en olmo -roble en la campiña-.
No fue sino hasta que los dioses
fueron invocados con aprecio, y llamados
al calor del hogar en su corazón,
que pudieron hacer este prodigio;
con todo, he sido un árbol en medio del bosque
y muchas cosas comprendí
que antes a mi cabeza le parecían locuras.
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