domingo, 30 de agosto de 2015

Robert Desnos


A la misteriosa   


Tanto he soñado contigo que pierdes tu realidad. 
¿Habrá tiempo para alcanzar ese cuerpo vivo 
y besar sobre esa boca 
el nacimiento de la voz que quiero? 
Tanto he soñado contigo, 
que mis brazos habituados a cruzarse 
sobre mi pecho, abrazan tu sombra, 
y tal vez ya no sepan adaptarse 
al contorno de tu cuerpo. 
Tanto he soñado contigo, 
que seguramente ya no podré despertar. 
Duermo de pie, 
con mi pobre cuerpo ofrecido 
a todas las apariencias 
de la vida y del amor,  y tú, eres la única 
que cuenta ahora para mí. 
Más difícil me resultará tocar tu frente 
y tus labios, que los primeros labios 
y la primera frente que encuentre. 
Y frente a la existencia real 
de aquello que me obsesiona 
desde hace días y años 
seguramente me transformaré en sombra. 
Tanto he soñado contigo, 
tanto he hablado y caminado, que me tendí al lado 
de tu sombra y de tu fantasma, 
y por lo tanto,
ya no me queda sino ser fantasma 
entre los fantasmas y cien veces más sombra 
que la sombra que siempre pasea alegremente
por el cuadrante solar de tu vida.



viernes, 28 de agosto de 2015

viernes, 21 de agosto de 2015

José Watanabe Varas (Trujillo, 17 de marzo de 1945 - Lima, 25 de abril de 2007)


He dicho

Qué rico es ir
de los pensamientos puros a un película pornográfica
y reír
                  del santo que vuela y de la carne que suda.

Qué rico es estar contigo, poesía
de la luz
                  en la pierna de una mujer cansada.

miércoles, 19 de agosto de 2015

miércoles, 5 de agosto de 2015

Olga Orozco





Entre perro y lobo


Me clausuran en mí.
Me dividen en dos.
Me engendran cada día en la paciencia
y en un negro organismo que ruge como el mar.
Me recortan después con las tijeras de la pesadilla
y caigo en este mundo con media sangre vuelta a cada lado:
una cara labrada desde el fondo por los colmillos de la
     furia a solas,
y otra que se disuelve entre la niebla de las grandes manadas.

No consigo saber quién es el amo aquí.
Cambio bajo mi piel de perro a lobo.
Yo decreto la peste y atravieso con mis flancos en llamas
las planicies del porvenir y del pasado;
yo me tiendo a roer los huesecitos de tantos sueños
     muertos entre celestes pastizales.
Mi reino está en mi sombra y va conmigo dondequiera que vaya,
o se desploma en ruinas con las puertas abiertas a la
     invasión del enemigo.

Cada noche desgarro a dentelladas todo lazo ceñido al corazón,
y cada amanecer me encuentra con mi jaula de obediencia en el lomo.
Si devoro a mi dios uso su rostro debajo de mi máscara,
y sin embargo sólo bebo en el abrevadero de los hombres
un aterciopelado veneno de piedad que raspa en las entrañas.
He labrado el torneo en las dos tramas de la tapicería:
he ganado mi cetro de bestia en la intemperie,
y he otorgado también jirones de mansedumbre por trofeo.
Pero ¿quién vence en mí?
¿Quién defiende de mi bastión solitario en el desierto, la sábana del sueño?
¿Y quién roe mis labios, despacito y a oscuras, desde mis propios dientes?

Rap, Soda y Bohemia

lunes, 3 de agosto de 2015