domingo, 14 de febrero de 2010

Metrallo - Alfredo Molano Bravo




QUIZÁ FUE LA CERCANÍA DE LOS JUEGOS Suramericanos que se realizarán en la ciudad en marzo próximo, quizá la cercanía de las elecciones legislativas y las presidenciales, quizás un mero afán evangélico, las razones escondidas que llevaron a un grupo de ciudadanos notables —la palabrita es peligrosa— a tratar de acordar una tregua con las 2.000 bandas que, se dice, oficialmente existen en Medellín.


Las empresas que harán buenos negocios alrededor de los juegos —construcción, turismo, transporte, bares, tiendas de moda— hicieron cuentas y se unieron a la iniciativa: una ciudad donde en un solo mes hubo 1.800 muertos no tiene —como dirían—presentación. Con tal imagen pública los cálculos se van al suelo. Razones de economía simple. Las elecciones también cuentan. Sergio Fajardo es candidato a la Presidencia —con serias opciones— y su nombre está asociado a obras vistosas y útiles de servicio público. Las cifras rojas le mueven la silla a su heredero, Alonso Salazar, y de paso arrastran la imagen de buen muchacho que tiene Sergio. Dirán en el alto Gobierno: ¡A Fajardo hay que pararlo! No sólo agitando las cifras de muertos, robos, extorsiones, sino metiendo la mano en la pelea de unas bandas contra otras al ofrecer recompensas a estudiantes por delación. Así, la imagen de un Medallo ensangrentado jugará contra Fajardo. La Iglesia, sin duda, ha visto la tragedia. Conozco a monseñor Giraldo y sé de su fe, y de su buena fe, y creo que nunca ha dejado de buscar la paz porque sabe cómo se alimenta la guerra y quién lo hace.


El gobierno de Uribe se comprometió con los esfuerzos del grupo de notables. Después sacó la mano cuando estrategas electorales de Gobierno advirtieron el error. Frank Pearl es, como algunas mujeres, un hombre “fácil”. Uribe desautorizó la comisión de notables, que ya había logrado una tregua y un acuerdo de distensión entre los jefes principales de las bandolas de las comunas. A Uribe le han funcionado la guerra y la sangre como estrategia electoral. Así que, ordenó, los 20.000 muchachos armados que controlan Medellín deben ser reducidos a bala. El esquema es el mismo que usó contra las guerrillas desde 2002 y que, con astuta paciencia, arma contra Venezuela. Como se sabe hoy, los Héroes de Don Berna y los Héroes de la Oficina de Envigado fueron grupos de las Auc que entregaron los uniformes que estrenaban para la ceremonia, y claro —¡cómo no!—, unas pocas armas a cambio de plata contante y sonante pagada mes a mes. También les dieron otras gabelas: un par de talleres de relaciones públicas y la transformación de sus combos en ONG.



El engatuse duró mientras duró la plata. Entonces, el plan cambió: soltaron los combos a hacer su ley. Y la impusieron. Muchachos acostumbrados a “tirar pinta”, comer bien, ayudarle a la mamá y beber fino —y, para ajustar, desempleados—, pues a la de siempre: al rebusque con la pala, con la pistola, con la metra. Los combos son jerárquicos, los mandos se ganan matando y se alimentan cobrando impuestos, vacunas, extorsiones —o como se llamen—, y para hacerlo hay que controlar territorios calle por calle, casa por casa, comuna por comuna. Sin duda, parte de la red es de estupefacientes al detal, pero la gran estructura es la de la extorsión sobre todo negocio, desde la chaza hasta el supermercado —una forma de seguridad, digamos, plebeya—. Más allá, cobran a los contratistas de obras públicas, y no pocos son contratistas. Así se constituyen en autoridad e imponen su ley. El Gobierno las sindica de ser organizaciones de la mafia y sin duda tienen negocios con ella. Una vez definidas como narcotraficantes, a los muchachos se les puede aplicar todo: ley de fuga, falsos positivos, extradiciones. Y sobre todo, administrar el orden público —que no es controlarlo— en función de los intereses políticos y electorales del Gobierno. Razón por la cual se esconden las raíces sociales del problema, que son las que, sin duda, el grupo de notables ve. Una cosa es tratar de resolver el problema, y otra, utilizarlo. Dos modos distintos de gobernabilidad.

martes, 9 de febrero de 2010

Poemas - Haroldo de Campos



Pintura de Andy Warhol


THÁLASSA THÁLASSA

1
No sabemos del Mar.
El Mar varonil con sus testículos de oro
El Mar con su corazón cardial de hojas verdes
Y sus inmensas branquias de pez aprisionado
El mar, no ese que da a nuestras costas
Pantera de espuma que las mujeres domestican
En sus redes de latex
Rey de bizancio y ungüento moviendo entre las esposas
Las manos manicuradas.

No sabemos del Mar.
El día nos confía entre la pobre materia de madera calada
Entre los pájaros huecos, los caballos de fuerza y la mucosa electrónica
Y a la noche adoramos el Sol de Galalite y el Poderoso As de Espadas
En cuanto los cinocéfalos corren sobre nuestros tejados
Aguardando la Mujer-Desnuda que ha de aparecer con sus pequeños senos
Bella como el almizcle que roe las pituitarias
Y las cibellinas muertas en torno de sus nalgas de plata.


2

No sabemos del Mar.
¡Oh trompetas de hueso!
Pífanos sordos embarcados en la arena!
-Un pájaro que se pierde en el cielo de celofán
Olvida su grito de gaviota marina.

Es aquí la muerte de Siete-Palmos-de-Tierra
Y triple corona de chumbe sobre la frente
La Muerte, el Gran-Perro montando un asno negro
Y trayendo a su frente los bombos de luto.

Es aquí la Tierra-Firme de los Navíos-Anclados
La Madera-de-ley y las Construcciones-de-Piedra
-El hombre que lee la suerte en las vísceras sagradas
Suspende a su puerta el bucráneo de los locos.

…Y hablan de una Ciudad antigua
Como esa moneda de arcilla
Y viva como el olor de esta rosa.
De sus mercados donde se bebía el vino de lotos
De sus destinos confiados a Ancianos de barbas de papiros.

De sus Leyes, de sus Dioses, y de sus Vírgenes, sus Reyes:
Y el inmenso dique de piedra erguido por su polvo
Para detener el Mar
- Son esas torres de plata que vemos al légamo de la marea
Y Él ahora la recubre como un verde murciélago
Recogiendo la membrana de las alas y al contrario
Suspendido
Como un verde murciélago en su siesta lunar.


3

Yo también practicando los Ritos Fúnebres de la Rosa
Cuando los Amigos - Los Templarios de un Misterio sin Templo –
Cruzan las lanzas y se apartan en un adiós melancólico
Yo nada sé del Mar, mas el Poema lo suple,
Y un escarabajo esmeralda posado en mi frente
Me habla en su ruda algarabía marítima:

- El Mar, Gallo Sultán con su clarín de España
Su triunfo de trescientos potros de amatista
Cuando bello y animal roe las propias entrañas
Y un puño de sal se abate en el horizonte.

- El Mar en su decúbito dorsal de hojas verdes
Sargazo de una lejana dinastía del púrpura
Dádiva labrador de su labranza de espuma
Halconero, en el hombro de su halcón – la Luna.

- El Mar
No ese león de pedrería que da a nuestras playas
Sol hidrópico, tigre
De tornasol que las mujeres amansan con el triángulo
Núbil en sus vientres de benjuí y electro-imán.

- El Mar, mancebo hirsuto
con peces en las ingles.

- El Mar, corazón cardial
Cribado de espadartes

Y en el pecho de dura sustancia marina
Como inmenso tatuaje el fósforo y santelmo
El esqueleto de coral de todos sus muertos.




4

Y un niño se yergue entre los hombres y se sienta entre lo sabios
(¡Tu signo, Oh Misterio, el rubí sobre la testa de los linces!)
Un niño de orfandad magnífica, como el último de una Raza.
Entre el pueblo de las Cavernas, el Pueblo de Tierra-Firme
Los Comedores-de-Tierra
Cuyos primogénitos se pudren en cántaros de barro
Y son los dioses-del-cimiento, los patrones, los lares
de las Construcciones-de-piedra y el Bien-raíz.

¡Un niño sentado entre los sabios y erguido entre los hombres!

El Bastardo, el Heredero
Presunto de un linaje a extinguirse
(Como los híbridos en las especies cargando una simiente infecunda)
Y hablo del Mar y de ancestros de límpida
Generación marina
A los Doctores que escriben sobre placas de adobe
A las mujeres que se tiñen las uñas de los pies con un esmalte de murex
Y a un hombre que entierra sus muertos en las mañanas del Domingo
Colocándoles debajo de la lengua una pequeña moneda
Y rellenándoles el vientre de natrón y especias…


5

Un niño, y su frente
Como el ala de un pájaro de marfil.
Un niño, y su voz como el temple de una espada
¡Y una insolación de bogas restaurando la lengua de los vaticinios!
-Tú, Diosa-Leona
Oh Muerte de esporas de bronce
- Muerte marítima, no esa de Siete-Palmos-de-Tierra…-
Yergue el tridente de oro, favorece
También a los alisios del Poema.

Virgen barroca, figura
En la proa de los navíos
Sacude la cabellera abisal perfumada de pólipos
Cuando el Mar almirante Te empuja y lo tatúas en el pecho
Como el esqueleto de coral de todos sus muertos.

Sostén la andadura del Poema, oh Favorita,
De fúnebre desnudez situada por eunucos
En cuanto sobre ti los dátilos claros como dedos
Se abren
Y nada hacia Tu ijada el cardumen aguerrido de los delfines.

-Y Tú, Árbol del Lenguaje,
Mano del Verbo
Cuyas raíces se prenden en el ombligo del Mar
Yergue Tu copa incendiada de dialectos
donde el Ave-del-Paraíso es un Iris de Alianza
Y el Fénix devora los rubíes de sí mismo.
Recibe este idioma cáustico como un oro votivo

Y las primicias del Poema, novillas no yuguladas
¡Te sean agradables!
Tú, Madre del Verbo cercada de hespérides desnudas,
Cuya habla es siniestra como la voz de los Oráculos
Y bífida como la lengua de los Dragones…


7

Un niño, y su Canto
Como un poco de sal en los ritos de Amistad…


8

…Un día un pueblo se cansará de oírlo
¡El pueblo se cansará de llamarlo “El justo”!
(Ese día los teléfonos serán pájaros de gargantas huecas
Repitiendo para siempre los nombres pérfidos del Exilio
Y escorpiones domesticados devorarán la lengua de los ruiseñores
Para que todos puedan oír la inobjetable
Dialéctica del Encéfalo Electrónico).
-¡Y como los Diez Mil que viran el Mar y dicen “Oh Mar”!
-Y como el Dogo de arnés de plata en el Bucentauro de nupcias

O esa criatura –la medusa- de pura sustancia marina
Tan límpida que la retina no filtra azul -sin tara,

Un hombre desciende de las Tierras-Firmes y procura
El Mar
-El mar varonil con sus testículos de oro
- El mar paternal de tórax iracundo
y sonoros pulmones de búfalo encerrado,

Y aquel inmenso corazón de nardo y hojas verdes
Pega su corazón filial rodeado de amatistas.

-Es ese yelmo de púrpura que vemos en el vaciante de las aguas…



los portales del tercer milenio
ruedan sobre sus ruedecillas de tres ceros
acoplados en c o l a de cometa
a un dos redondo
ruedan los signos del zodíaco
atizando la cósmica
relumbrante
antorcha augural

el principio-esperanza
pilastra izquierda del portal
y la mora-desespero
pilastra a la derecha
sustentan ambas
(discordante concordia)
los portones que chirrían
sobre los tres
ceros esféricos
donde la sûnya el
vacío búdico
emblanquea
como ojo de águila
absorto en redondos
plenisoles
el ojo y el astro
se contraespejan

un dos broncíneo
doble garra de goznes
articula los portales
en cuanto las ruedecillas cantan
la música gimiente de los batientes
que se entreabren
en el engaste dobladizo
de los quicios broncefúlgidos

el ángel-esperanza
y la gárgola-desespero
se confrontan
en el aplazado converger del
calendario

a lo largo del estepario
del futuro que se entre-
muestra vaciopleno de latentes
acasos
el ángel y la gárgola se enfrentan
del más hondo
de los siglos la voz del sabio melancólico
suena aún
resuena
aún
como antes
en el entrecielo del porvenir
que sibila su enigma:
la voz vieja del sabedor-
-de las-cosas repite
su refrán que el tránsito
de las centurias solo hizo
confirmar como caja-
-de ecos:

“y yo me volví
yo / y vi /
toda la opresión //
que se hizo / bajo el
sol ///
y he aquí el lloro de los oprimidos/
y no hay para ellos / consuelo //
y de la mano que los oprime /
fuerza //
y no hay para ellos /
consuelo”

y el ángel-esperanza retrocede
en su armadura de diamante
la gárgola-desespero jubila
en su gótico esqueletode piedra

: “lo que ya fue /
es lo que será //
y lo que será //
y lo que se hizo //
eso /
se hará //
y no hay nada nuevo /
bajo el sol” –
prosigue el-que-sabe
por entre las nieblas
de la nada

el arcángel-esperanza
poseído de sagrado
furor
llamea su espada
multicentelleante
y rasga un claro
no obnubilado
horizonte donde
se engendra el
f u t u r o
la gárgola chilla
en su nicho de piedra –
en la lámina
fulgurante de la espada se lee lee
clavado en estrellas:
“la esperanza existe
por causa de los desesperados”


POSADA LA MANUELA DE PILARES VIOLETA
(La loma, Medellín)


papagayos
verdeamarillos
pericoparlan
gárrulos
sobre un
asta
de
bambú

la maga
siberiana
charla con
ellos
en pajareante
lengua
psitacea


dos perros
mansísimos
(enormísimos)
juguetean
en
la
grama
verdeluz







(circula)
burbujeando
circula
el mate
de la
amistad

el
cielo
azul
de
Medellín
filtra
lento
un
tiempo
frondoso
de paraíso
rediviso


tantas
flores
que el
aroma
sube
a la
cabeza
y
sin
salir
del
suelo

volamos.


Medellín, 18 de junio de 1996

sábado, 6 de febrero de 2010

pequeñas impresiones en "tierra de aguas profundas" - Jesús Gómez




“De lo profundo, de lo oscuro y silencioso subían caballos de mar gigantes
relinchaban en la orilla y reventaban en agua que se devolvía a su origen“.


El mar llega hasta la orilla
descansa
gime
resopla ante mí rostro

como caballos sus olas
relinchan
espejo gigante
derretido te extiendes

sobre la piel
cristales de sal

el mar respira mueve su cuerpo
viento furioso que descarga sus alas
agua que revienta en la piedra
espuma
convertida en esquirlas de sal

el mar abre su boca
bocanadas
de agua
c
a
e
n
se oye su rumor
un aire tibio dora la piel

al amanecer
crujen las tenazas del cangrejo
La lagartija quieta en la pared
mueve sus ojos
mide movimientos
mimetiza su cuerpo

selva adentro
una lluvia leve recibe el día
una herida abierta en la montaña
expulsa agua

agua que sangra
sangra el agua

lluvia del amanecer
llanto de la montaña.

enero/2010

viernes, 5 de febrero de 2010

Prosa del transiberiano y de la pequeña Juana de Francia - Blaise Cendrars



Pintura de Claude Monet

En aquel tiempo yo era un adolescente
Apenas tenía dieciséis años y ya no recordaba mi infancia
Estaba a 16.000 leguas del lugar de mi nacimiento
Me hallaba en Moscú,
en la ciudad de los mil tres campanarios y las siete estaciones
Y no me bastaban las siete estaciones y las mil tres torres
Porque mi adolescencia era tan ardiente y loca
Que mi corazón, alternativamente,
ardía como el templo de Efeso o como la Plaza Roja de Moscú
Cuando se pone el sol.
Y mis ojos iluminaban antiguos senderos.
Y yo era tan mal poeta
Que no sabía llegar hasta el fondo de las cosas.
El Kremlin era como una inmensa torta tártara
Crujiente de oro.
Con las grandes almendras de las catedrales
inmensamente blancas
y el oro empalagoso de las campanas...
Un viejo monje me leía la leyenda de Novgorode
Yo tenía sed
Y descifraba caracteres cuneiformes
Luego, de pronto, las palomas del Espíritu Santo volaron sobre la plaza
y también mis manos alzaban el vuelo, con susurros de albatros
y esto era las últimas reminiscencias del último día
Del postrer viaje
y del mar.

No obstante, yo era un poeta muy malo.
No sabía llegar al fondo de las cosas.
Tenía hambre
Ya todos los días ya todas las mujeres en los cafés ya todas las copas

Habría querido beberlas y romperlas
Ya todas las vitrinas ya todas las calles
Ya todas las casas ya todas las vidas
Ya todas las ruedas de los coches que giraban
como torbellinos sobre los malos empedrados

Habría querido hundirlas en un gran horno de espadas
y habría querido moler todos los huesos
Y arrancar todas las lenguas
y licuar todos esos grandes cuerpos extraños
y desnudos bajo la ropa que me vuelve loco..
Presentía la llegada del gran Cristo rojo de la revolución rusa…

Y el sol era una inmensa herida que se abría como un brasero.
En aquel tiempo yo era un adolescente
Apenas tenía dieciséis años y ya no recordaba mi nacimiento
Estaba en Moscú, donde quería alimentarme de llamas
y no me bastaban las torres y las estaciones que cubrían mi ojos de estrella
En Siberia rugía el cañón, había guerra
A Hambre frío peste cólera
y las aguas fangosas del Amor arrastraban millones de carroñas

En todas las estaciones veía partir todos los últimos trenes
Ya nadie podía salir porque no se vendían más boletos
Y los soldados que se iban hubieran preferido quedarse...
Un viejo monje me cantaba la leyenda de Novgorode.
Yo, el mal poeta que no quería ir a ninguna parte, podía ir a todos lados
Y también los comerciantes todavía tenían dinero suficiente

Para ir a intentar hacer fortuna.
Su tren salía todos los viernes de mañana.
Se decía que había muchos muertos.
Uno llevaba cien cajas de despertadores y cucús de la Selva Negra

Otros cajas de sombreros, cilindros y un surtido de tirabuzones de Sheffield

Otros ataúdes de Malmoe llenos de latas de conservas y sardinas en aceite

También había muchas mujeres
Mujeres entrepiernas en alquiler que también podían usarse
Ataúdes
Todas pagaban impuestos

Se decía que había muchos muertos allí
Ellas viajaban con tarifa reducida
Y todas tenían una cuenta corriente en el banco.

Pues bien, un viernes de mañana me llegó la hora por fin
Estábamos en diciembre
y también yo partí para acompañar al viajante joyero que iba a Jarbín

Teníamos dos asientos en el expreso y 34 cofres de joyería de Pforzheim

Pacotilla alemana «Made in Germany»
Me había vestido de punta en blanco, y al subir al tren se me perdió un botón
- Lo recuerdo, lo recuerdo, a menudo pensé en ello desde entonces-

Yo dormía sobre los cofres y me sentía muy contento
de poder jugar con la browning Niquelada que también me había dado

Me sentía muy feliz despreocupado
Creía jugar a los bandoleros
Habíamos robado el tesoro de Golconda
Y, gracias al transiberiano, íbamos a ocultarlo del otro lado del mundo

Yo tenía que defenderlo contra los ladrones del Ural
que habían atacado a los saltimbanquis de Julio Veme
Contra los Junguzes, los boxers de la China
Y los rabiosos pequeños mongoles del Gran Lama
Alibabá y los cuarenta ladrones
Y los fieles del terrible Viejo de la montaña
Ysobre todo, contra los más modernos
Los rateros de hotel
Y los especialistas de los expresos internacionales

Y sin embargo, y sin embargo
Estaba triste como un niño
Los ritmos del tren
La «médula ferrocarrilera» de los psiquiatras americanos
El ruido de las puertas de las voces de los ejes rechinando sobre los rieles
congelados
Ell ferlín de oro de mi futuro
Mi browning el piano y los juramentos de los jugadores
de cartas en el compartimento de al Iado «
La deslumbrante presencia de Juana
El hombre de anteojos azules que se paseaba nerviosamente
por el corredor y me miraba al pasar

Murmullos de mujeres
Y el silbido del vapor
Y el eterno ruido de las ruedas locas en los carriles celestes
Los vidrios están escarchados
¡La naturaleza no existe!
Y detrás, las llanuras siberianas el cielo bajo y las grandes sombras de los
Taciturnos que suben y bajan
Estoy acostado sobre una manta de viaje
Colorinche
Como mi vida
Y mi vida no me abriga más que esa manta
Escocesa
Y toda Europa entrevista por el parabrisas de un expreso a toda máquina

No es más rica que mi vida
Mi pobre vida
Esta manta
Deshilachada sobre cofres llenos de oro
Con los que viajo
Sueño
Fumo
y la única llama del universo
Es un pobre pensamiento...

Desde el fondo de mi corazón me brotan lágrimas
Si pienso, Amor, en mi querida;
Ella no es más que una niña, a quien encontré así
Pálida, inmaculada, en el fondo de un burdel.
No es más que una niña, rubia, risueña y triste,
No sonríe y nunca llora;
Pero en el fondo de sus ojos, cuando te deja beber en ellos,
Tiembla un dulce lis de plata, la flor del poeta.
Es dulce y muda, sin ningún reproche,
Con un largo estremecimiento cuando tú te aproximas;
Pero cuando yo voy hacia ella, por aquí, por allá, festivo,
Ella da un paso, luego cierra los ojos, y da un paso.
Porque es mi amor, y las otras mujeres
Sólo tienen vestidos de oro sobre grandes cuerpos llameantes,
Mi pobre amiga está tan desamparada,
Está toda desnuda, no tiene cuerpo, es demasiado pobre.
No es más que una flor cándida, endeble,
La flor del poeta, un pobre lis de plata,
Muy frío, muy solo, y ya tan mustio
Que me brotan las lágrimas si pienso en su corazón.
Y esta noche es similar a otras cien mil cuando un tren rasga la noche
- Caen los cometas-
Y el hombre y la mujer, aún jóvenes, se divierten haciendo el amor.

El cielo es como la carpa desgarrada de un circo pobre
en un pueblito de pescadores
En Flandres
El sol es un quinqué humoso
Y en lo más alto de un trapecio una mujer representa la luna.
El clarinete la corneta una agria flauta y un mal tambor

Y aquí está mi cuna
Mi cuna
Siempre estaba cerca del piano cuando mi madre como
Madame Bovary tocaba las sonatas de Beethoven
Yo pasé mi infancia en los jardines suspendidos de Babilonia
y la rabona, en las estaciones frente a los trenes a punto de salir

Ahora hago correr todos los trenes detrás de mí
Bale-Tombuctú
También jugué a las carreras en Auteuil y Longchamp París-Nueva York
Ahora hago correr todos los trenes a todo lo largo de mi vida Madrid-Estocolmo
Y perdí todas mis apuestas
Sólo queda la Patagonia,la Patagonia, que convenga a mi inmensa tristeza,
la Patagonia, y un viaje por los mares del Sur
Estoy en camino
Siempre estuve en camino
Estoy en el camino con la pequeña Juana de Francia
El tren pega un peligroso salto y vuelve a caer sobre todas sus ruedas

El tren vuelve a caer sobre sus ruedas
El tren siempre vuelve a caer sobre todas sus ruedas
«Dime, Blaise, ¿estamos muy lejos de Montmartre?»
Estamos lejos, Juana, viajas desde hace siete días
Estás lejos de Montmartre, de la Butte que te alimentó del
Sagrado Corazón contra el cual te acurrucaste
París desapareció y su enorme fogata
No quedan más que las cenizas constantes
La lluvia que cae
La turba que se hincha
La Siberiaque gira
Los pesados manteles de nieve que ascienden
Y el cascabel de la locura que tintinea como un último deseo en el aire azulado
El tren palpita en el corazón de los horizontes plomizos
Y tu pena ríe burlona.,.

«Dime, Blaise, ¿estamos muy lejos de Montmartre?»

Las preocupaciones
Olvida las preocupaciones
Todas las estaciones agrietadas oblicuas sobre la ruta
Los hilos telegráficos de los que cuelgan
Los postes grotescos que gesticulan y los estrangulan
El mundo se estira se alarga y se retira como un acordeón
atormentado por una mano sádica
En las resquebraduras del cielo, las furiosas locomotoras
Huyen
y en los agujeros,
las vertiginosas ruedas las bocas las voces
y los perros de la desdicha que ladran a nuestras espaldas
Los demonios están desencadenados
Chatarras
Todo es un acorde falso
El «brun-run-run» de las ruedas
Choques
Rebotes
Somos una tormenta bajo el cráneo de un sordo...

«Dime, Blaise, ¿estamos muy lejos de Montmartre?»

Pero sí, me pones nervioso, bien lo sabes, estamos muy lejos
La locura recalentada ruge en la locomotora
La peste el cólera se alzan como brasas ardientes en nuestro camino
Desaparecemos en la guerra totalmente en un túnel
El hambre P.uto se aferra a las nubes en desbandada
y estiércol de las batallas en montones apestosos de muertos
Haz como él, haz tu oficio...

«Dime, Blaise, ¿estamos muy lejos de Montmartre?»

Sí, estamos muy lejos, estamos muy lejos
Todos los chivos emisarios reventaron en este desierto
Oye los cencerros de ese rebaño sarnoso Tomsk
Tcheliabinsk Kainsk Obi Taichet Verkné Udinsk Kurgán Samara Pensa-Tulún

La muerte en Manchuria
Es nuestro desembarcadero y nuestra última guarida
Este viaje es terrible
Ayer por la mañana
Iván Ulitch tenía los cabellos blancos
y Kolia Nicolai Ivanovitch se roe los dedos desde hace quince días...
Haz como ellos la Muerte el Hambre haz tu oficio
Cuesta cinco francos, en transiberiano, cuesta cien rubIos
Afiebra los bancos y enrojece bajo la mesa
El diablo está en el piano
Sus nudosos dedos excitan a todas las mujeres
La Naturaleza
Las Busconas
Haz tu oficio
Hasta Jarbín...

«Dime, Blaise, ¿estamos muy lejos de Montmartre?»

Pero... vete al diablo... déjame tranquilo
Tienes caderas angulares
Tu vientre es agrio y tienes blenorragia
Eso es todo lo que París puso en tu regazo
También un poco de alma... porque eres desdichada
Tengo piedad tengo piedad ven hacia mí sobre mi corazón
Las ruedas son los molinos de viento de Jauja
Y los molinos de viento son las muletas que hace girar un mendigo

Somos los lisiados del espacio
Rodamos sobre nuestras cuatro heridas
Nos cortan las alas
Las alas de nuestros siete pecados
y todos los trenes son los baleros del diablo
Corral
El mundo moderno
La velocidad no tiene la culpa
El mundo moderno
Las lejanías están demasiado lejos
y al final del viaje es terrible ser un hombre con una mujer...

«Dime, Blaise, ¿estamos muy lejos de Montmartre?»

Tengo piedad tengo piedad ven a mí te contaré una historia
Ven a mi cama
Ven a mi corazón
Te contaré una historia...

¡Oh ven! ¡ven!

En Fidji reina la primavera eterna
La pereza
El amor extasía a las parejas en la hierba alta
y la sífilis ronda bajo los bananeros

¡ Ven a la islas perdidas del Pacífico!
Se llaman Fénix, Marquesas
Borneo y Java
y Célibes con forma de gato.

No podemos ir al Japón
¡ Ven a Méjico!
En sus altiplanicies florecen los tulipaneros
Las lianas tentaculares son la cabellera del sol
Se hablaría de la paleta y los pinceles de un pintor
Colores fragorosos como gongs,
Allí estuvo Rousseau
Allí deslumbró su vida
Es el país de los pájaros
El pájaro del paraíso, el ave lira
El tucán, el sinsonte
Yel colibrí anida en el corazón de los lirios negros
¡Ven!
Nos amaremos en las majestuosas ruinas de un templo azteca
Tú serás mi ídolo
Un ídolo abigarrado infantil un poco feo y extrañamente raro
¡Oh ven!

Si quieres iremos en aeroplano y volaremos sobre el país de los mil lagos,

Allí las noches son desmesuradamente largas
el antepasado prehistórico tendrá miedo de mi motor
aterrizaré
Y construiré un hangar para mi avión con los huesos fósiles de mamut

El fuego primitivo recalentará nuestro pobre amor
Samovar
Y nos amaremos muy burguesmente cerca del polo
¡Oh ven!

Juana Juanita Ninita nita tetita ninón
Mi chiquita mi cosita mi tesoro mi Perú
Arroró gurrumina
Pompón mi bombón
Mi preferida corazoncito
Nenita
Querida gatita
Mi lindo pecadito
Chuchita
Cucú
Se durmió

Se durmió
Y no se engulló ni una sola de todas las horas del mundo
Todos los rostros vislumbrados en las estaciones
Todos los relojes
La hora de París la hora de Berlín la hora de San Petesburgo
y la hora de todas las estaciones
Y en Ufa, el rostro ensangrentado del artillero
Y la esfera tontamente luminosa de Grodno
Y el eterno avance del tren
Todas las mañanas se ponen en hora los relojes
El tren adelanta el sol atrasa
No le hace, oigo las sonoras campanas
La enorme campana de Notre-Dame
La campaneta agridulce del Louvre que convocó la San Bartolomé

Los carillones enmohecidos de Brujas la Muerta
Las campanillas eléctricas de la biblioteca de Nueva York
Las campanas de Venecia
Y las de Moscú, el reloj de la Puerta Roja
que me contaba las horas cuando estaba en una oficina
Y mis recuerdos
El tren retumba en las placas giratorias
El tren rueda
Un gramófono gutural iza una marcha gitana
y el mundo, como el reloj del barrio judío de Praga, gira locamente al revés

Deshoja la rosa de los vientos
Ya zumban las tormentas desencadenadas
Los trenes ruedan en torbellino sobre las redes enmarañadas Baleros diabólicos
Hay trenes que nunca se encuentran
Otros se pierden en el camino

Los jefes de .estación juegan al ajedrez
Chaquete
Billar
Carambolas
Parábolas
la vía férrea es una nueva geometría
Siracusa
Arquímedes
y los soldados que lo degollaron
y las galeras
y las naves
y los prodigiosos artefactos que inventó
y todas las matanzas
La historia antigua
La historia moderna
Los torbellinos
Los naufragios
Hasta el del Titanic que leí en el diario
Otras tantas imágenes-asociaciones que no puedo desarrollar en mis versos

Porque todavía soy un poeta muy malo
Porque el universo me desborda
Porque no me preocupé por asegurarme contra los accidentes de tren

Porque no sé ir hasta el fondo de las cosas
y tengo miedo.
Tengo miedo
No sé ir hasta el fondo de las cosas
Como mi amigo Chagall podría hacer una serie de cuadros dementes

Pero no tomé notas de viaje
«Perdónenme la ignorancia
Perdónenme no conocer ya el antiguo juego de los versos»
Como dice Guillaume Apollinaire
Todo lo que se refiere a la guerra puede leerse en las Memorias de Kuropatkin

O en los diarios japoneses que están tan cruelmente ilustrados
Para qué documentarme
Me abandono
A los sobresaltos de mi memoria...

A partir de lrkutsk el viaje se hizo demasiado lento
Demasiado largo
Nosotros estábamos en el primer tren que rodeaba el lago Baikal

Habían adornado la locomotora con banderas y farolitos
Y dejamos la estación con los tristes acentos del himno al Zar

Si yo fuera pintor vertería mucho rojo, mucho amarillo en el final de este viaje

Pues en verdad creo que todos estábamos un poco locos
Y que un inmenso delirio ensangrentaba
las nerviosas caras de mis compañeros de viaje
Cuando nos acercábamos a Mongolia
Que retumbaba como un incendio.
El tren había disminuido su marcha
Y en el perpetuo rechinamiento de las ruedas percibía
Los acentos locos y los sollozos
De una liturgia eterna.

He visto
He visto los trenes silenciosos los trenes negros que volvían
del Lejano Oriente y que pasaban como fantasmas
y mi ojo, como el fanal de popa, aún corre tras esos trenes
En Talga agonizaban 100.000 heridos por falta de cuidados
Visité los hospitales de Krasnoiarsk
y en Jilok nos cruzamos con un largo convoy de soldados locos


En los lazaretos vi llagas abiertas heridas que sangraban a rabiar

los miembros amputados danzaban en derredor
o alzaban el vuelo en el aire ronco
El incendio se hallaba en todas las caras en todos los corazones
Dedos idiotas tamborileaban sobre todos los vidrios
y bajo la presión del miedo todas las miradas
reventaban como abscesos
En todas las estaciones quemaban todos los vagones
y he visto
He visto trenes de 60 locomotoras que huían a todo vapor
perseguidas por los horizontes en celo y bandas de cuervos
que alzaban el vuelo desesperadamente tras ellos
Desaparecer
En dirección de Port-Arthur.
En Tchita tuvimos algunos días de respiro
Detención de cinco días debido a la obstrucción de la vía
Los pasamos en casa del Señor Yankelevitch
que quería darme a su hija única en matrimonio
Luego volvió a partir el tren.
Ahora me había instalado yo en el piano y me dolían los dientes

Cuando quiero vuelvo a ver ese interior tan tranquilo el
negocio del padre y loS ojoS de la hija que de noche venía a mi cama

Mussorgsky
Y los lieder de Hugo Wolf
Y las arenas del Gobi
Y en Jailar una caravana de sombreros blancos
Realmente creo que estaba ebrio durante más de 500 kilómetros
Pero estaba en el piano yeso es todo lo que vi

Cuando se viaja habría que cerrar los ojos
Dormir
Hubiera deseado tanto dormir
Reconozco todos los países con los ojos cerrados por su olor
y reconozco todos los trenes por el ruido que hacen
Los trenes de Europa son de cuatro tiempos mientras que los
de Asia son de cinco o siete tiempos
Otros van en sordina son canciones de cuna
Hay algunos que por el ruido monótono de las ruedas
me recuerdan la pesada prosa de Maeterlinck
He descifrado todos los textos confusos de las ruedas y
reunido los elementos dispersos de una violenta belleza
Que poseo
y que me acosa.
Tsitsikar y Jarbín
No voy más lejos
Es la última estación
Me apeé en Jarbín cuando acababan de prender fuego a las
oficinas de la Cruz Roja

Oh París
Gran hogar cálido con los tizones entrecruzados de tus calles
y tus viejas casas que se inclinan sobre ellas
y se recalientan Como abuelas
y aquí hay anuncios, rojo verde multicolores como mi pasado en suma amarillo

Amarillo el arrogante color de las novelas de Francia en el extranjero

Me gusta frotarme con los ómnibus en marcha en las grandes ciudades
Los de la línea Saint-Germain
-Montmartre me llevan al asalto de la Butte
Los motores mugen como los toros de oro
Las vacas del crepúsculo pastan en el Sagrado Corazón
Oh París
Estación central andén de las voluntades encrucijada de las inquietudes
Unicamente los droguistas aún tienen un poco de luz sobre su puerta

La Compañía Internacional de Wagons-Lits y de los
Grandes Expresos Europeos me envió su prospecto
Es la iglesia más hermosa del mundo
Tengo amigos que me rodean como pretiles
Cuando parto tienen miedo de que no vuelva más
Todas las mujeres que conocí se alzan en los horizontes
Con los gestos lastimosos y las miradas tristes de los semáforos bajo la lluvia

Bella, Inés, Catalina y la madre de mi hijo en Italia
y aquélla, la madre de mi amor en América
Hay gritos de sirena que me parten el alma
Allá lejos en Manchuria un vientre se estremece todavía como en un parto

Querría
Querría no haber hecho nunca mis viajes
Esta noche me atormenta un gran amor
Ya pesar mío pienso en la pequeña Juana de Francia.
Fue en una noche de tristeza cuando escribí este poema en honor

Juana
La pequeña prostituta
Estoy triste estoy triste
Iré al «Conejo ágil» a recordar mi juventud perdida
y tomar unas copitas
Luego volveré solo
París
Ciudad de la Torre única del gran Patíbulo y de la Rueda


París, 1913