jueves, 29 de octubre de 2015

JOHNNY VENTURA

jueves, 22 de octubre de 2015

Porfirio Barba Jacob



FUTURO



Decid cuando yo muera... (¡y el día esté lejano!):
soberbio y desdeñoso, pródigo y turbulento,
en el vital deliquio por siempre insaciado,
era una llama al viento...

Vagó, sensual y triste, por islas de su América;
en un pinar de Honduras vigorizó el aliento;
la tierra mexicana le dio su rebeldía,
su libertad, su fuerza... Y era una llama al viento.

De simas no sondadas subía a las estrellas;
un gran dolor incógnito vibraba por su acento;
fue sabio en sus abismos -y humilde, humilde, humilde-
porque no es nada una llamita al viento...

Y supo cosas lúgubres, tan hondas y letales,
que nunca humana lira jamás esclareció,
y nadie ha comprendido su trágico lamento...

Era una llama al viento y el viento la apagó.

VIVIR Y MORIR EN LA CIUDAD DE MEDALLO





domingo, 18 de octubre de 2015

jueves, 15 de octubre de 2015

¿Hay lugares “embrujados” en Medellín? - CLAUDIA ARANGO HOLGUÍN






“Brujas, de que las hay, las hay”, reza el adagio popular que revive semanas antes del festejo del día de Halloween, esa fiesta de origen celta del 31 de octubre que con los años ha cambiado su sentido y se ha convertido en un día de disfraces y fiesta.
En Medellín existen leyendas urbanas que afirman que hay espacios, para algunos embrujados, para otros mágicos, pero en donde aseguran que suceden cosas inexplicables y que inquietan a algunos de los escépticos.
William Betancur, gerente de la Funeraria Betancur, se ha dedicado durante años a recolectar casos inexplicables, aunque él asegura que, “no todos son fenómenos paranormales, muchas veces son manifestaciones positivas que solo quieren hacer presencia”, cuenta.
Según Betancur, ha recibido reportes de lugares como teatros, colegios, cementerios, casas viejas y nuevas, sitios públicos, otros privados que le han pedido reserva.

Palacio de la Cultura de Medellín

La que fuera sede años atrás del gobierno departamental, hoy conocido como el Palacio de la Cultura Rafael Uribe Uribe tiene historia desde 1920 cuando el General Pedro Nel Ospina contrató al arquitecto belga Agustín Goovaerts para que se encargara de su diseño, “el proyecto inicial constaba de cinco niveles desde el sótano hasta el altillo. En esta área se distribuían 315 habitaciones para los diferentes despachos, un gran salón para la Asamblea Departamental, un depósito, una imprenta, una biblioteca, un archivo, un museo y los recintos del Gobernador, todo estos escenarios construidos en un estilo gótico renacentista propuesto por Goovaerts”.
Betancur recibió de este espacio reportes de manifestaciones particulares: “en un momento inesperado se vaceaban los baños, se cerraban y abrían puertas sin razón o se prendían y apagaban las luces”.

Montecasino, la casa de los hermanos Castaño

La que en los 90 fuera la lujosa casa de los hermanos paramilitares Héctor, Fidel, Carlos y Vicente Castaño y sinónimo del bajo mundo de la época, es un lugar que alberga miles de leyendas. Luego de trámites y procesos jurídicos, La Dirección Nacional de Estupefacientes entregó Montecasino al Municipio de Medellín, y este al canal Telemedellín a comienzos de 2011. La Fiscalía entregó el pasado 1 de septiembre al fondo de reparación administrado por la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas esta propiedad y ya el canal saldrá de allí en el mes de diciembre.
De este espacio se cuenta de todo: que se oyen pasos, que se siente en el ambiente una sensación de pesadez, que se abren y cierran puertas, que se oyen voces. Hay quienes han ido y no han sentido nada, otros por el contrario han pisado la propiedad y buscan lo más rápido posible, la salida.

Cementerio San Pedro

Este, como todos los cementerios albergan historias de asombro que están en el imaginario de quienes visitan estos lugares, bien sea a despedir a un ser querido o a visitar su tumba. El Museo Cementerio San Pedro ha querido salir al paso a tanta historia de leyenda y ha organizado el programa Noches de Luna Llena, que tratan de desmitificar el embrujo de estos sitios tratando de ver el lugar con otra perspectiva. “Visitar el cementerio de noche es asustador para muchas personas pero al final disfrutan el recorrido de uno de los cementerios más lindos de la ciudad, la gente sale con una idea distinta a como llega”, cuenta Natalia Vargas coordinadora de comunicaciones del cementerio. Cerca de 500 personas al mes visitan este programa nocturno para mostrar lo mágico y bello de un lugar común que alberga tantas leyendas.

El diablo en la discoteca

Esta historia se dio en Medellín hace más de 10 años y también se ha contado discotecas de otras ciudades del país. Dice la leyenda que el diablo se presentó en el cuerpo de un joven, muy guapo, en una discoteca de la ciudad, una muy famosa ubicada en el sur de la ciudad. Este personaje se acercó a una mujer sola, le habló y la sacó a bailar. La historia urbana cuenta que el hombre le dijo que no debía mirarlo a los pies, la mujer no cumplió la orden, miró hacia abajo y enloqueció. El rumor que se propagó en la ciudad por esa época es que en vez de zapatos, tenía cascos de vaca, otros dicen que eran garras, unos más que tentáculos.
Otra leyenda urbana que quedó en el imaginario de este lugar.
Crea o no en historias de embrujo, siempre habrá en las ciudades lugares en donde algo particular, inexplicable o que llena el imaginario de los lugareños sucede. Habrá quienes crean en el tema, existirán muchos escépticos para que finalmente la pregunta quede en el aire: ¿Hay lugares “embrujados” en Medellín?


Texto tomado del periódico El colombiano


martes, 13 de octubre de 2015

jueves, 8 de octubre de 2015

Gonzalo Arango






El testamento del profeta


Yo, Gonzalo Arango, dejo:
Mi mala reputación a la familia.
Mi mal olor a la International Pretoleum Company.
Mi tiempo perdido al Tesoro Nacional.
Mi cerebro a una babosa.
Mi corazón al pez espada.
Mi ángel de la guarda a la Academia de Historia.
Mi alma inmortal al primer gusano.
Mi sexo a la medusa de cabellos de serpiente.
Mis dos pies a la memoria de Arthur Rimbaud.
Mi gloria a los pobres de espíritu.
Mi felicidad a los psiquiatras.
Mi sífilis a la posteridad.
Mi mano derecha a la revolución.
Mi izquierda al Manco de Lepanto.
Mi ombligo al Museo del Oro.
Mis zapatos rotos al Nadaísmo.
Mi caja de dientes al enterrador.
Y mi intestino delgado a la República de Colombia.