miércoles, 31 de diciembre de 2014

HENRI MICHAUX




DESCANSO EN LA DESDICHA



Desdicha, gran arador mío,
Desdicha, siéntate,
Descansa,
Descansemos un poco tú y yo,
Descansa,
Me encuentras, me pones a prueba, me lo pruebas.
Soy tu ruina.

Gran teatro mío, mi puerto, mi hogar,
Mi sótano de oro,
Mi porvenir, mi auténtica madre, mi horizonte.
En tu luz, en tu amplitud, en tu
        horror
Me abandono.



martes, 30 de diciembre de 2014

sábado, 27 de diciembre de 2014

miércoles, 24 de diciembre de 2014





Viernes bajo los árboles
caminando por escandalosos olores
el corazón despicado
recostado a la malla viendo el partido
diciembre me dispara un volador.

Recostado a la malla con el oído
zumbando reventado
con esquirlas en los versos
junto al poste bajo la lámpara.

Viernes como un alambique

de recuerdos adulterados.





Clasicom y Julio Voltio

lunes, 22 de diciembre de 2014

TZU YEH (poetisa, s. III-IV)




LLAMADO

No logro dormirme
Debido al resplandor de la luna llena.
Pensé haber oído aquí y allá
Una voz que llamaba.
Sin esperanza respondo "sí"
Al aire vacío.



sábado, 20 de diciembre de 2014

martes, 9 de diciembre de 2014

martes, 2 de diciembre de 2014

Jaime Sabines (México 1926-1999)




Espero curarme de ti


Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.

¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.

Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: «qué calor hace», «dame agua», «¿sabes manejar?», «se hizo de noche»… Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho «ya es tarde», y tú sabías que decía «te quiero»).


Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.


domingo, 16 de noviembre de 2014

lunes, 10 de noviembre de 2014

Gerard de Nerval





¡Pues sí, todo es sensible!
(Pitágoras)



Hombre que piensas libre ser el solo sapiente
en este mundo donde la vida prolifera:
tu libertad dispone de tu energía entera,
pero está de tu juicio el Universo ausente.

Respeta en cada bruto un espíritu activo...
A Natura le brota un alma en cada flor;
en el metal reposa un misterio de amor:
todo, sensible y lejos de tu alcance, está vivo.

Teme en el muro ciego un rostro que te espía:
la palabra está anclada en la materia pura...
No la esclavices nunca a una tarea impía.

El ser más gris a veces oculta una deidad;
y, como un ojo nuevo latiendo en su clausura,
dentro de cada piedra crece un alma inmortal.

Ya sé que siguen hablando

lunes, 27 de octubre de 2014

José Manuel Arango




XVIII

ahora que las niñas se desvisten
con secreto temor
y en el fuego bailan duendecillos azules

por calles que tienen nombres de batallas
voy, solitario y vano

y pienso en la dulce saliva de la doncella
que en algún lecho madura y gime
y visita otro duro laberinto

como de una ahogada
veo su frente a través del agua
del sueño

de noche, en este parque donde tengo cuatro
                                                                  sombras

bajo el antiguo insomnio de las estatuas

sábado, 18 de octubre de 2014

domingo, 12 de octubre de 2014

Willie Colón - Narcomula

Cristo en la cruz - Jorge Luis Borges






Cristo en la cruz. Los pies tocan la tierra.
Los tres maderos son de igual altura.
Cristo no está en el medio. Es el tercero.
La negra barba pende sobre el pecho.
El rostro no es el rostro de las láminas.
Es áspero y judío. No lo veo
y seguiré buscándolo hasta el día
último de mis pasos por la tierra.
El hombre quebrantado sufre y calla.
La corona de espinas lo lastima.
No lo alcanza la befa de la plebe
que ha visto su agonía tantas veces.
La suya o la de otro. Da lo mismo.
Cristo en la cruz. Desordenadamente
piensa en el reino que tal vez lo espera,
piensa en una mujer que no fue suya.
No le está dado ver la teología,
la indescifrable Trinidad, los gnósticos,
las catedrales, la navaja de Occam,
la púrpura, la mitra, la liturgia,
la conversión de Guthrum por la espada,
la inquisición, la sangre de los mártires,
las atroces Cruzadas, Juana de Arco,
el Vaticano que bendice ejércitos.
Sabe que no es un dios y que es un hombre
que muere con el día. No le importa.
Le importa el duro hierro con los clavos.
No es un romano. No es un griego. Gime.
Nos ha dejado espléndidas metáforas
y una doctrina del perdón que puede
anular el pasado. (Esa sentencia
la escribió un irlandés en una cárcel.)
El alma busca el fin, apresurada.
Ha oscurecido un poco. Ya se ha muerto.
Anda una mosca por la carne quieta.
¿De qué puede servirme que aquel hombre
haya sufrido, si yo sufro ahora?




domingo, 28 de septiembre de 2014

viernes, 26 de septiembre de 2014

Manuel Machado




«FATUM»
No será una noche
terrible de huracán en que las olas
toquen los cielos. Tu barquilla leve
naufragará de día, un día claro,
en que el mar esté alegre...
Te matarán jugando.  Es el destino
terrible de los débiles.
Mientras un sol espléndido
sube al cenit, hermoso, como siempre.



domingo, 21 de septiembre de 2014

domingo, 7 de septiembre de 2014

miércoles, 27 de agosto de 2014

Popol Vuh




Cuando llegó el día de su nacimiento, dio a luz la joven que se llamaba Ixquic; pero la abuela no los vio cuando nacieron. En un instante fueron dados a luz los dos muchachos llamados Hunahpú e lxbalanqué. Allá en el monte fueron dados a luz.
Luego llegaron a la casa, pero no podían dormirse.
-¡Anda a botarlos afuera!, dijo la vieja, porque verdaderamente es mucho lo que gritan. Y en seguida fueron a ponerlos sobre un hormiguero. Allí durmieron tranquilamente. Luego los quitaron de ese lugar y los pusieron sobre las espinas.
Ahora bien, lo que querían Hunbatz y Hunchouén era que murieran allí mismo en el hormiguero, o que murieran sobre las espinas. Deseábanlo así a causa del odio y de la envidia que por ellos sentían Hunbatz y Hunchouén.
Al principio se negaban a recibir en la casa a sus hermanos menores; no los conocían y así se criaron en el campo. Hunbatz y Hunchouén eran grandes músicos y cantores; habían crecido en medio de muchos trabajos y necesidades y pasaron por muchas penas, pero llegaron a ser muy sabios. Eran a un tiempo flautistas, cantores, pintores y talladores; todo lo sabían hacer.
Tenían noticia de su nacimiento y sabían también que eran los sucesores de sus padres, los que fueron a Xibalbá y murieron allá. Grandes sabios eran, pues Hunbatz y Hunchouén y en su interior sabían todo lo relativo al nacimiento de sus hermanos menores. Sin embargo, no demostraban su sabiduría, por la envidia que les tenían, pues sus corazones estaban llenos de mala voluntad para ellos, sin que Hunahpú e lxbalanqué los hubieran ofendido en nada.
Estos últimos se ocupaban solamente de tirar con cerbatana todos los días; no eran amados de la abuela ni de Hunbatz, ni de Hunchouén. No les daban de comer; solamente cuando ya estaba terminada la comida y habían comido Hunbatz y Hunchouén, entonces llegaban ellos, Pero no se enojaban, ni se encolerizaban y sufrían calladamente, porque sabían su condición y se daban cuenta de todo con claridad. Traían sus pájaros cuando venían cada día, y Hunbatz y Hunchouén se los comían, sin darle nada a ninguno de los dos, Hunahpú e lxbalanqué.
La sola ocupación de Hunbatz y Hunchouén era tocar la flauta y cantar.



martes, 19 de agosto de 2014

domingo, 10 de agosto de 2014

William Carlos Williams







CONSAGRACIÓN DE UN PEDAZO DE TIERRA



Este pedazo de tierra
frente a las aguas de esta ensenada
consagra la viviente presencia
de Emily Dickinson Wellcome
que nació en Inglaterra, se casó,
perdió a su marido y con su hijo
de cinco años se embarcó
en un barco de dos mástiles, rumbo
a Nueva York, fue aventada hasta las Azores,
encalló en los bancos de la Isla del Fuego,
en una casa de huéspedes de Brooklin
encontró a su segundo marido,
se fue con él a Puerto Rico,
parió otros tres hijos, perdió
a su segundo marido, vivió
trabajosamente ocho años
en Santo Tomás y en Santo Domingo, siguió
a su hijo mayor a Nueva York, perdió
a su hija, a su "nene",
recogió a los chicos del hijo mayor
de su segundo matrimonio, los crió
__ quedaron huérfanos__ peleó
por ellos con la otra abuela
y las tías, los trajo aquí
verano tras verano y aquí se defendió
contra pícaros, tormentas, sol, fuego,
contra las moscas, contra
las muchachas que venían a husmear,
contra la sequía, la cizaña, las marejadas,
los vecinos, las comadrejas ladronas
de gallinas, contra
la flaqueza de sus propias manos
y la fuerza creciente
de los muchachos, contra el viento,
las piedras, los intrusos, las grietas,
contra su propia alma.
Desyerbó esta tierra con sus manos,
tiranizó desde esta parcela, puso
como trapo al hijo mayor
hasta que no la compró, aquí
vivió quince años, aquí
alcanzó la soledad final y __
Si no puedes traer nada sino
tu osamenta: quédate afuera.

Karol G

lunes, 21 de julio de 2014

Dacia Maraini nació en Italia en 1936










3



En enero, hace un año,
resolviste ibas a dejarnos
decidiendo que una tumba
era mejor que una casa,
pero no querías morir
yo lo sé, me lo dijiste
en la oscuridad, con voz dulce
mientras te estrechaba una mano
para retenerte aquí con nosotros
en el estúpido mundo de los vivos,
tu sueño sabía de anís
mientras las sierpes te chupaban la vida
eras un querubín sin cabello
querías beber cuando estaba prohibido
querías cantar cuando estaba vedado
querías reír cuando estaba impedido
y querías saltar de la cama
pero tenías ya los pies de mármol
pobres tobillos sin alas
cuánto pesaba la cabeza en la almohada
inútil el sueño de las mariposas
tus zapatos sin suela
ya se habían ido
mientras pedías un poco de agua
y una hora más de vida




(de Noche de Fin de año en el hospital)

jueves, 17 de julio de 2014

jueves, 10 de julio de 2014

¿Qué deprime a un maestro en Colombia?





¿Qué deprime a un maestro en Colombia?


El profesor Alfredo Suárez* mira un punto fijo en la pared, sentado en la alfombra de su casa. Su hijo de siete años le habla y él no escucha; los antidepresivos no han hecho efecto. A sus cuarenta años ha concluido que ser un buen maestro implica dejar a la familia, pelear en estrados judiciales para mantener su trabajo y sacrificar algo de cordura.

Estas ideas parecían absurdas cuando entró a estudiar Licenciatura en Química en la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, durante el segundo semestre de 1997. Mantenía la ilusión de aprender biología, física, ciencias naturales. Ser un maestro integral. “Pero no fue así, no hubo un aprendizaje completo y me dolió que quitaran del currículo académico asignaturas relacionadas con biología. Fueron cinco años de estudio en los que se fue desilusionando.

Cuando se graduó, pasaron ocho meses para que lo llamaran de un trabajo, “ofrecían menos de un salario mínimo por ser profesor de química, literatura, religión y educación física”. En 2002 aceptó un contrato por cincuenta días en el que él debía asumir los gastos de la EPS, cotizar la pensión y esperar cada dos meses para que le renovaran el contrato.
Luego fue seleccionado para dictar clases en un colegio de la provincia de Sabana Centro, lejos de Bogotá: “Mira, no puedo nombrar el municipio exacto por cuestiones de amenazas. Cuando llegué había problemas de paramilitarismo, la gente era muy hostil, muy bélica. Para mí fue una bofetada ver cómo los padres me amenazaban, me mentaban la madre cuando se les daba la gana; allá el maestro no es nadie. No protestaba porque sabía de antemano que las bacrim estaban por ahí escondidas”.

Con el tiempo Alfredo tuvo inconvenientes con los rectores, que recargaron su horario de trabajo, redujeron sus descansos y lo enviaron a dar clases en lugares donde terminaban apiñados hasta 55 alumnos. Cuando hizo públicas sus críticas, comenzó a correr el rumor de que sería trasladado.
“El drama se complicó. Yo venía muy mal de salud y empecé a sentir mucha ansiedad. Todo el mundo se convirtió en mi enemigo porque me di cuenta de que algunos profesores me grababan cuando yo hablaba mal del colegio y luego le mostraban a la rectora. Mi psiquiatra dijo que no daba más, la depresión me tiró al piso, me quitó las ganas de vivir”.

Problemas de salud mental

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el ‘síndrome de burnout’, también conocido como ‘malestar docente’, es una de las causas más frecuentes que llevan al fracaso profesional de los docentes. Un estudio que arroja luces sobre el problema en Colombia es el que realizaron Zamanda Correa, Isabel Muñoz y Andrés Chaparro para la Universidad del Cauca y que fue publicado en 2010.

Después de estudiar a 44 profesores de dos universidades de Popayán, entre los 20 y 40 años “se encontró una frecuencia del 9% de alta despersonalización”, es decir, estos docentes desarrollaron actitudes negativas y de insensibilidad hacia sus alumnos; además presentaron “frecuencias del 16% y del 9% de altas consecuencias físicas y sociales, respectivamente”. Las razones de estos resultados, según los investigadores, fueron estrés laboral, largas jornadas de trabajo y aburrimiento por la rutina personal y académica.
En otro estudio, presentado por Katty Collantín Cardona, estudiante de comunicación social de la Fundación Universitaria Luis Amigó en Medellín, se evidencia como el “estrés laboral” termina en la más profunda de las depresiones. Collantín narra la historia del profesor Víctor, quien terminó internado en un hospital psiquiátrico: “Transcurrido el primer mes, Víctor conoció a otra profesora, Domitila Angulo, quien llevaba un año recluida en esta clínica. La maestra venía remitida del municipio de El Bagre (Antioquia) y murió tras mezclar medicamentos con licor y otras cosas”.

Otro profesor, Alberto Muñoz, le confesó a la estudiante que luego de “25 años de trabajar como docente, sentía ansiedad y decía que estaba amenazado, que lo iban a matar. Un día salió desnudo por toda la calle, gritando y corriendo. Terminó arrestado”.
Francisco Cajiao, exsecretario de Educación de Bogotá y experto en pedagogía, cree que “algunas depresiones pueden ser independientes a la formación docente. En el caso del profesor Alfredo Suárez, es innegable que los factores ambientales fueron detonantes. Hay situaciones en el entorno laboral que se vuelven insoportables, y si tienes baja autoestima, la enfermedad se desborda. En estos casos el papel de los rectores es definitivo, porque garantiza que el colegio tenga una buena convivencia”.

A las enfermedades laborales se unen más preocupaciones, como la ausencia de un salario digno, la baja calidad educativa, la dificultad de acceder a la educación superior y la falta de incentivos para adelantar proyectos de investigación, como lo demostró un estudio que publicó la Fundación Compartir a comienzos de este año. En Colombia, un docente gana menos que un profesional asalariado. Mientras que un profesor devenga aproximadamente $1’517.220 mensualmente, un profesional recibe cerca de $2’678.638.
Lo triste es que la batalla contra los complejos psicológicos de los maestros se mantiene en silencio por mucho tiempo y se padece en soledad.


* Nombre cambiado para proteger a la fuente.


21 JUN 2014  (El Espectador)

Jacques Prévert - Francia (1900 - 1977)



Para ti mi amor

Fui al mercado de pájaros
y compré pájaros
Para ti
mi amor
Fui al mercado de flores
y compré flores
Para ti
mi amor
Fui al mercado de chatarra
y compré cadenas
Pesadas cadenas
Para ti
mi amor
Después fui al mercado de esclavos
Y te busqué
Pero no te encontré

mi amor.




viernes, 4 de julio de 2014

miércoles, 2 de julio de 2014

Schopenhauer & Nietzsche en Brasil 2014


Pier Paolo Pasolini [Bolonia, Italia, 5 de marzo de 1922 – Ostia, 2 de noviembre de 1975]





“En el fútbol hay momentos que son exclusivamente poéticos: los momentos del ‘gol’. Cada gol es siempre una invención, es siempre una perturbación del código: todo gol es ‘ineluctabilidad’, fulguración, estupor, irreversibilidad. Precisamente como la palabra poética. El máximo goleador de un campeonato es siempre el mejor poeta del año.”



lunes, 30 de junio de 2014

Alfredo Pérez Alencart




CANCIÓN DE LAS COPAS DE VINO



Bajo los portales
de la Plaza bruñida
se sirven las copas
con tres dedos de vino
y el llanto del agua
y la voz encendida
del ciego que implora
más panes, más vino.

Tanto has sentido
que cantas y encantas,
que pides más vino,
más copas de gracias,
más rojos ajuares
saciando tu sed,
llenando el vacío
de todos los días.

Qué frío, qué frío…
otra ronda de vino
al paso de  mozas
que van sonriendo;
no saben que arriba
desoyen los salmos
y siguen de marcha
sin gotas de vino.

Qué frío, qué frío…
levantas la copa
aunque arriba en la Plaza,
en medio del ruido,
no escuchen las gracias
ni intuyan tu alivio
por mandato divino.

¡Mil gracias, mil gracias!
mis charros queridos,
¡mil gracias, mil veces!
serranos amigos.




Pérez Alencart, poeta peruano-español y profesor en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Salamanca, leyó tres poemas escritos especialmente para esta jornada (“Un sorbo y otro más”, “Néctar magnífico” y “Con el vino me hablo de tú”). También recitó un poema escrito casi treinta años atrás, en una taberna de los soportales bajos de la Plaza Mayor, cuando con 23 años llegó a Salamanca (“Canción de las copas de vino”).

lunes, 23 de junio de 2014

Arturo Corcuera (nacido en 1935 en Trujillo)






FÁBULA DEL CUERVO ORIUNDO DE GINEGRA



Cuando no hay un alma en casa y tengo que almorzar solo,
invito al cuervo. Lo siento junto a mí en el tablero de la mesa.
Me distrae su compañía. Su lealtad supera la de algunos
amigos. ¡Tan simpático el cuervo con su pico curvo, su traje
negro, recién untado con los betunes de la noche, en el que
Relucen filamentos dorados!
Sus piernas y sus alas flexibles se acomodan a cualquier
postura y a cualquier amo.

Disfruta sintiéndose a mi lado, sobre todo cuando pelo las
uvas y desorbitadas ruedan sobre el plato de postre. Él me
observa con avidez, se le hace agua la boca.

Lo adquirí en el mercado de pulgas de Plainpalais de
Ginebra que se puebla miércoles y sábados de mercaderes y
Mercachifles.

El elegante cuervo lucía aquella tarde en un mostrador, muy
campante, cruzado de piernas. Tenía la misma gracia, el
mismo aire de distinción.
Entre máscaras, campanas, relojes y otros objetos antiguos, era
maese cuervo el que daba la hora.
Atento el ojo, contemplaba con puntualidad los ires y venires
de las cosas, el comercio incesante de la vida.

Se siente bien cuando me acompaña. En su silencio percibo
un hálito de ternura, pero yo sé que en el fondo lamenta su  
naturaleza de madera.
Él preferiría ser cuervo de carne y hueso y aguardar el
Momento propicio para sacarme los ojos.


Toros y Corraleja - Nelson Henríquez

sábado, 14 de junio de 2014

Louis Aragon




Cántico a Elisa


Te toco y veo tu cuerpo y tú respiras,
         ya no es el tiempo de vivir separados.
Eres tú; vas y vienes y yo sigo tu imperio
         para lo mejor y para lo peor.
Y jamás fuiste tan lejana a mi gusto.

Juntos encontramos en el país de las maravillas
el serio placer color de absoluto.
Pero cuando vuelvo a vosotros al despertarme
          si suspiro a tu oído
como palabras de adiós tú no las oyes.

Ella duerme. Profundamente la escucho callar.
Ésta es ella presente en mis brazos, y, sin embargo,
más ausente de estar en ellos y más solitaria
          de estar cerca de su misterio,
como un jugador que lee en los dados 
          el punto que le hace perder.

El día que parecerá arrancarla a la ausencia
me la descubre más conmovedora y más bella que él.
De la sombra guarda ella el perfume y la esencia.
         Es como un sueño de los sentidos.
El día que la devuelve es todavía una noche.

Zarzales cotidianos en que nos desgarramos.
La vida habrá pasado como un viento enfadoso.
Jamás saciado de esos ojos que me dan hambre.
          Mi cielo, mi desesperación de mujer,
trece años habré espiado tu silencio cantando.

Como las madréporas inscriben el mar,
embriagando mi corazón trece años, trece inviernos,
          trece veranos;
habré temblado trece años sobre un suelo de quimeras,
          trece años de un miedo dulce amargo,
y conjurado peligros aumentados trece años.

¡Oh niña mía!, el tiempo no está a nuestra medida
que mil y una noche son poco para los amantes.
Trece años son como un día y es fuego de pajas.
           El que quema a nuestros pies malla por malla
el mágico tapiz de nuestra soledad.



domingo, 4 de mayo de 2014

Carlos Drummond de Andrade





Elegía 1938


Trabajas sin alegría para un mundo decadente,
Donde las formas y los actos no guardan ningún significado,
Practicas laboriosamente los gestos universales,
Sientes calor y frío, falta de dinero, hambre y deseo sexual.

Los héroes calman los parques de la ciudad donde te arrastras
Y pregonan la virtud, la renuncia, el valor, la reproducción.
De noche en la neblina, abren paraguas de bronce
O se acogen entre los libros de siniestras bibliotecas.

Amas la noche por el poder de aniquilamiento que encierra
Y sabes que, durmiendo los problemas te dispensan de morir.
Pero el terrible despertar comprueba la existencia de la gran máquina
Y te repone, tan pequeño, frente a palmeras indescifrables.

Caminas entre muertos y con ellos conversas
Sobre asuntos del tiempo futuro y negocios del espíritu.
La literatura ha estragado tus mejores horas de amor.
Y al teléfono perdiste el tiempo, el muchísimo tiempo de sembrar.

Corazón orgulloso, tienes prisa por confesar tu derrota
Y postergar para otro siglo la felicidad colectiva.
Aceptas la lluvia, la guerra, el desempleo y el injusto reparto
Porque no puedes, tú sólo, dinamitar la isla de Manhattan.