lunes, 30 de julio de 2012
Luis Cernuda
Desdicha
Un día comprendió como sus brazos eran
Solamente de nubes;
Imposible con nubes estrechar hasta el fondo
Un cuerpo, una fortuna.
La fortuna es redonda y cuenta lentamente
Estrellas del estío.
Hacen falta unos brazos seguros como el viento,
Y como el mar un beso.
Pero él con sus labios,
Con sus labios no sabe sino decir palabras;
Palabras hacia el techo,
Palabras hacia el suelo,
Y sus brazos son nubes que transforman la vida
En aire navegable.
domingo, 29 de julio de 2012
Westwego (fragmento) - Philippe Soupault
Hace calor y hoy es domingo
hay tristeza
el río es muy desgraciado
y los habitantes se han quedado en casa
Me paseo por la orilla del Támesis
una única barca se desliza para alcanzar el cielo
un cielo inmóvil
porque es domingo
y el viento aún no se ha levantado
es mediodía ahora son las cinco
uno no sabe adónde ir
un hombre canta sin saber por qué
así marcho yo
cuando uno es joven lo es para toda la vida
mi niñez enjaulada
en ese museo sonoro
de Madame Tusseaud
miércoles, 25 de julio de 2012
martes, 24 de julio de 2012
Idea Vilariño (Uruguay)
Dónde
Dónde el sueño cumplido
y dónde el loco amor
que todos
o que algunos
siempre
tras la serena máscara
pedimos de rodillas
lunes, 23 de julio de 2012
TENGO UNA CITA - RAOUL VANEIGEM
La facultad de consumir mucho y a un ritmo rápido, cambiando de coche, de alcohol, de casa, de radio, de mujer, indica de ahora en adelante en la escala jerárquica el grado de poder al cual cada uno puede pretender. De la superioridad de la sangre al poder del dinero, de la superioridad del dinero al poder del gadget, la civilización cristiana y socialista alcanza su estadio último: una civilización del prosaísmo y de la banalidad vulgar. Un nido para los homúnculos de que hablaba Nietzsche.
El poder adquisitivo es la licencia para comprar el poder. El antiguo proletario vendía su fuerza de trabajo para subsistir; su reducido tiempo de ocio se pasaba -mejor o peor- en discusiones, peleas, juegos de taberna y del amor, caminos, fiestas y motines. El nuevo proletariado vende su fuerza de trabajo para consumir. Cuando no busca en el trabajo forzado una promoción jerárquica, el trabajador es invitado a comprarse objetos (automóvil, corbata, cultura...) que le situarán en la escala social. Éste es el momento en el que la ideología del consumo se transforma en consumo de la ideología.
El punto culminante será la sociedad cibernética compuesta de especialistas jerarquizados según su aptitud para consumir y hacer consumir las dosis de poder necesarias para el funcionamiento de una gigantesca máquina social de la que serían a la vez el programa y la respuesta. Una sociedad de explotadores-explotados en una desigualdad de esclavitud.
jueves, 19 de julio de 2012
Carlos Bedoya
Llanto de nada
“Lo que nosotros hacemos
es volver a la vida”
Marcel Proust
Es de madrugada, digamos. Lo imperativo
sería dormir. Mas no deseo hacerlo. Como no
puedo escuchar a Raúl Berón ni a Fiorentino
ni a Carlos Roldán, escucho bajito a Cheo
Feliciano, aunque no es lo que prefiero, pero yo
canto “vivito y coleando, estamos aquí”.
No fumo, sólo a ratos, drops, bebo un brandy
Con trompeta y lucidez.
La perla del insomnio
guía mi timón
Allá lejos van cantando silencios
blancos.
Tambor de negras líneas
De Joana recuerdo
el tenso tambor de densas líneas
aferrándose al portillo
De Mónica sus labios
impregnados de lava
De Doris las magníficas colinas
al nacer el sol junto a la noche
De aquella esbelta y muy tierna
pecosita el ávido pandero
Pero de Hortensia todo recuerdo
incluso sus torpes dedos
a tientas en la espera
Gottfried Benn (Brandeburgo)
Oh, noche
¡Oh, noche! Ya aspiré cocaína
y comienza a mezclarse con la sangre.
El pelo encanece, los años vuelan,
y debo, debo otra vez en el delirio,
florecer ante el destino.
¡Oh, noche! No quiero demasiado.
Un pequeño fragmento de condensación,
la niebla de un atardecer, una agitación
de espacios, de sensación del yo.
Cuerpecillo táctil, borde de células rojas,
un ir y venir con olores;
desgarramiento de palabras —quebrantamiento
de nubes—:
demasiado hondo en el cerebro, demasiado frágil
en el sueño.
Tus piedras le dan alas a la tierra,
el pescado atrapa pequeñas sombras,
Sólo astuto por la cosa —llegar a ser
se tambalea el cráneo— plumero.
¡Oh, noche!, apenas puedo retenerte,
sólo un pequeño trozo, un fragmento
de sensación del yo —en el delirio
florecer otra vez ante el destino.
¡Oh, noche! ¡Préstame la frente y el pelo,
derrámate sobre el día —marchítate!
Serás quien del mito de los nervios
me des la vida del cáliz y la corona.
¡Oh, silencio!, siento un pequeño golpe:
me convierto en estrella —no es burla—:
Mi cara, yo: Dios solitario,
que enorme se reúne bajo un trueno.
(1917)
miércoles, 18 de julio de 2012
Con tantos palos que te dio la vida - Fayad Jamís
Con tantos palos que te dio la vida
y aún sigues dándole a la vida sueños.
Eres un loco que jamás se cansa
de abrir ventanas y sembrar luceros.
Con tantos palos que te dio la noche,
tanta crueldad, frío y tanto miedo.
Eres un loco de mirada triste
que sólo sabe amar con todo el pecho,
fabricar papalotes y poemas y otras patrañas
que se lleva el viento.
Eres un simple hombre alucinado,
entre calles, talleres y recuerdos.
Eres un pobre loco de esperanzas
que siente como nace un mundo nuevo.
Con tantos palos que te dio la vida
y no te cansas de decir ”te quiero”.
martes, 17 de julio de 2012
El dios rata
Karni Mata es un templo de 600 años de antigüedad templo hindú en Deshnoke, Rajasthan, India. Se cree que es la encarnación de la diosa hindú Durga. La peculiaridad de este templo es que miles de ratas se veneraban aquí. El templo, en su forma actual se terminó a principios del siglo 20 a finales de estilo mogol por Maharaja Ganga Singh.
Este templo está dedicado a Karni Mata. Hay una leyenda que le profetizó la victoria de Rao Bika. Las ratas se consideran sagradas, debido a la creencia de que las almas de los seguidores de Karni Mata están reencarnadas en estas ratas y, por tanto, deben ser atendidas.
lunes, 16 de julio de 2012
Henri Michaux
NOSOTROS DOS AÚN
…Es el silencio que hizo callar mi canto.
No supiste jugar, atrapaste las cuerdas pero no supiste jugar.
Pronto lo malversaste todo, rompiste el violín.
Arrojaste una llama sobre la piel de seda
para convertirla en un horrible pantano de sangre.
Ella estaba en un tren con destino al mar,
en un cohete fugaz sobre la roca,
avanzaba aunque inmóvil hacia la serpiente de fuego
que habría de consumirla y fue entonces que sorprendió
de un salto a la confiada mientras peinaba su cabellera
contemplando en el espejo su felicidad.
Y cuando vio subir la llama, oh, se vio
atrapada en un rincón, detenida, como ante un gran tema
de meditación para resolver de inmediato.
Dos segundos más tarde, dos segundos demasiado tarde,
huía hacia la ventana pidiendo auxilio.
Toda la llama entonces la envolvía.
…
Ella está en una cama desde la que su pena sube al cielo
sin encontrar un Dios. Desde la que su pena baja hasta
el fondo del infierno sin encontrar un demonio.
El hospital duerme, la quemadura despierta.
Su cuerpo como un parque abandonado.
Defenestrada de sí misma
busca cómo regresar, rema en un vacío que no responde a sus movimientos,
carga ciega a través de una barrera de dolor,
durante un mes remonta el río de la vida, natación atroz.
Paciente entre innumerables ámpulas vuelve a trazar
sus formas elegantes, teje de nuevo la camisa
de su fina piel, la curación está cerca.
Mañana caerá el último vendaje, mañana, aire de sangre,
no supe jugar, tampoco supiste tú.
Arrojaste súbitamente, estúpidamente
tu ridículo coágulo obstructor a lo ancho de una nueva aurora.
Desde ese instante perdió toda orientación,
no tuvo más remedio que volverse hacia la muerte,
apenas sí había entrevisto la ruta.
Un segundo abrió el abismo, el siguiente la dejó caer.
Quedamos pasmados en esta orilla, no tuvimos tiempo de decir adiós.
No tuvimos tiempo de hacer siquiera una promesa.
Ya había desaparecido de la película de esta tierra.
Lu Lu en el retrovisor de un breve instante, Lu, ¿no me ves?
Lu, el destino de estar siempre juntos en el que tenías tanta fe.
¿Y bien? Tú no vas a ser como otros que nunca más vuelven a dar señales,
devorados por el silencio. No, a ti no puede bastarte una muerte
para llevarte tu amor.
Pero tengo miedo.
No hemos tomado suficientes precauciones.
Debíamos estar más informados. Alguien me escribe
que serás tú, mártir, quien ahora velará por mí.
Oh, lo dudo. Cuando toco tu fluido tan delicado,
que permanece en tu cuarto y tus objetos familiares
que sostengo en mis manos, este fluido tenue que era siempre
necesario proteger.
Oh, lo dudo. Lo dudo y tengo miedo por ti,
impetuosa y frágil expuesta a las catástrofes.
Sin embargo voy a las oficinas en busca de certificados,
desperdiciando momentos preciosos que sería mejor emplear
precipitadamente entre nosotros mientras te estremeces
esperando con tu maravillosa confianza que yo acuda a rescatarte,
pensando que seguro vendrá.
Pudo haber demorado, pero no ha de tardar.
Vendrá, yo lo conozco, no va a dejarte sola. No es posible.
No va a dejar sola a su pobre Lu.
Hecho de menos tu sufrimiento atroz en la cama del hospital
Cuando llegaba por los pasillos nauseabundos traspasados de gemidos
hasta la momia espesa de tu cuerpo vendado cuando escucha
surgir de pronto como el “la” de nuestra alianza, tu voz suave,
musical, mesurada, que resistía con valor a la fealdad de la desesperación,
cuando cerca de ti escuchabas mis pasos y murmurabas liberada:
ah, estás aquí.
El que está solo en la noche se vuelve contra la pared
Para hablarte. Conoce las cosas que te animaban.
Quiere compartir contigo su día.
Tiene siempre algo que contar, pero podría ser que tu persona
se hubiese convertido en un aire del tiempo de la nieve.
Un aire que entra por la ventana que volvemos a cerrar
Con un escalofrío o con el malestar precursor del drama
Como me sucedió hace algunas semanas.
El frío se echó de pronto sobre mi espalda. Me cubrí
Y me di vuelta precipitadamente cuando tal vez eras tú,
Ofreciendo tu mayor tibieza y anhelando ser bien recibida.
Tú tan lúcida, no podías expresarte de otra manera.
Quién sabe si en este mismo instante no esperas ansiosa
Que yo al fin comprenda y vaya lejos de la vida
Donde tú ya no estás a reunirme contigo,
Pobremente, sí, pobremente sin recursos, pero nosotros dos aún,
Nosotros dos.
sábado, 14 de julio de 2012
Pedro Salinas
No quiero que te vayas,
Dolor, última forma
de amar. Me estoy sintiendo
vivir cuando me dueles
no en ti, ni aquí, más lejos:
en la tierra, en el año
de donde vienes tú,
en el amor con ella
y todo lo que fue…
En esa realidad
hundida que se niega
a sí misma y se empeña
en que nunca ha existido,
que sólo fue un pretexto
mío para vivir.
Si tú no me quedaras,
dolor, irrefutable,
yo me lo creería;
pero me quedas tú.
Tu verdad me asegura
que nada fue mentira.
Y mientras yo te sienta,
tú me serás, dolor,
la prueba de otra vida
en que no me dolías.
La gran prueba, a lo lejos,
de que existió, de que existe,
de que me quiso, sí,
de que aún la estoy queriendo.
viernes, 13 de julio de 2012
jueves, 12 de julio de 2012
Anna Ajmátova - Réquiem (fragmento)
Puede una pena así mover montañas
y detener la corriente de un gran río,
pero no puede quebrar con su fuerza los cerrojos
que nos separan de las celdas y los presos
llenos de angustia mortal.
Hay quien respira el fresco de la brisa
Hay quien siente la dulzura del sol cuando se pone
Pero nosotras, en la desdicha compañeras,
oímos sólo el sonido ominoso de las llaves
y los pasos de plomo del soldado.
Nos levantábamos como para la misa del alba
cruzábamos la ciudad embrutecida
y más muertas que vivas nos encontrábamos allí
se acortaban las horas de sol, la niebla pesada sobre el Neva
pero aún la esperanza cantaba a lo lejos la sentencia
Brotan de pronto lágrimas y una mujer se siente fuera del grupo
como si le hubieran arrancado el corazón
y brutales lo arrojaran al suelo
para luego soltarla. Así camina tambaleándose sola
¿Dónde están hoy aquellos con quienes sin querer
compartí mis dos años de infierno?
¿Qué formas adivinan en las ventiscas de Liberia
qué presagios en el aro de la luna?
A ellos envío mi adiós.
miércoles, 11 de julio de 2012
Jabberwocky - Lewis Carroll
Asardecía y las pegájiles tovas
giraban y scopaban en las humeturas;
misébiles estaban las lorogolobas,
superrugían las memes cerduras.
¡Con el Jabberwock, hijo mío, ten cuidado!
¡Sus fauces que destrozan, sus garras que apresan!
¡Cuidado con el ave Jubjub, hazte a un lado
si vienen las frumiantes Roburlezas!
Empuñó decidido su espada vorpal,
buscó largo tiempo al monxio enemigo -
Bajo el árbol Tamtam paró a descansar
y allí permanecía pensativo
Y estaba hundido en sus ufosos pensamientos
cuando el Jabberwock con los ojos en llamas
resofló a través del bosque tulguiento:
¡burbrujereando mientras se acercaba!
¡Uno, dos! ¡Uno, dos! ¡A diestra y siniestra
la hoja vorpalina silbicortipartió!
El monxio fue muerto, con su cabeza en ristre
el joven galofante regresó.
"¡Muchacho bradiante, mataste al Jabberwock!
¡Ven que te abrace! ¡Que día más fragoso
me regalas, hijo! ¡Kalay, kalay, kaló!"
reiqueaba el viejo en su alborozo.
Asardecía y las pegájiles tovas
giraban y scopaban en las humeturas;
misébiles estaban las lorogolobas,
superrugían las memes cerduras.
lunes, 9 de julio de 2012
domingo, 8 de julio de 2012
Allen Ginsberg
Sorpresa
¡ Qué afortunados somos
al poseer ventanas!
El vidrio es transparente.
He visto al muchacho
del traje de baño rojo
caminando por la calle.
viernes, 6 de julio de 2012
Flóbert Zapata
VI
Después del colegio
usualmente hago lo mismo
Despacho ejercicios y tareas
ceno
veo un poco de televisión
chateo
repaso lecciones
y a eso de las diez
ya sin deberes
me empiyamo
me acuesto
y pienso en ti
en nada más
hasta que me vence el sueño
VIII
En este colegio
me suceden
cosas raras
Le muestro
mi corazón
al espejo
y me proyecta
tu rostro
Está loco el espejo
o estoy
enamorado
XIII
He llorado tres veces en mi vida.
De tristeza la primera
la vez que al América de Cali
le arrebataron de las manos
la Copa Libertadores de América
en Santiago de Chile
por culpa de un gol fatal
de Diego Aguirre
en el último minuto
De alegría la segunda
la noche que Atlético Nacional
ganó esa misma Copa
en el estadio El Campín
con tiros desde el punto pénal
Leonel Álvarez dio el puntillazo final
Perplejo gris la tercera
sin comprender nada
con la garganta oprimida
aquella tarde (hacía sol, el día era hermoso)
que me dijiste que termináramos
y al preguntarte la razón
me entregaste una respuesta digna
dolorosa e inapelable:
—No te dejo por otro
simplemente ya no te quiero
XXXI
Fabricante de buñuelos
ese su oficio su destino
Digno como cualquier otro
Le da lo suficiente para vivir
la cuota de la casa
algunos lujos baratos
Es un hombre realizado
ya hasta olvidó
que casi no se gradúa
que perdió tres veces el año
por Química
No pudo con ella:
se esforzó se desveló
pagó clases particulares
Y ahora de nada le sirven
estructuras moleculares isótopos
la desintegración del átomo
el heptano el metano el propano
ácidos nucleicos enoles y enolatos…
Lo realmente importante
es la calidad del queso
la receta secreta
y todo aquello que hace
a sus buñuelos
esponjosos y apetecibles
martes, 3 de julio de 2012
lunes, 2 de julio de 2012
Razones de una ausencia - Pedro Arturo Estrada
Llovía mucho, pero no. Más bien se desleía el aire melancólicamente sobre las siete calles de la vida. ¿O era el zapato apretando la articulación, rechinando en la desesperanza? Quizá el olor anticipado del fracaso, la flojedad del músculo existencial. Tal vez la nada, esa perra que siempre nos olisquea el trasero o la amenaza silenciosa de los parques bajo la nube ácida. Pudo haber sido también el recuerdo de vuelta de los malos días, el presagio de un porvenir equívoco, la inmensidad menesterosa de esta ciudad extraña y sin luz suficiente, el bordoneo interior que sube desde las tripas y podría también sustituir las palabras en un momento inesperado. La rabiecita, el frío, el pálpito, la oscilación vertiginosa, la presión íntima de oscuros líquidos, el desasosiego, la tosecita tonta, el cansancio de todo. O las ganas de hacerse silla vacía, interrogante mudo, definitivo incumplimiento en un mundo de sombras y una más.
Siembras - Leymen Pérez
El país que sembré en el patio no crecerá
El país antes del disparo de Mayakovsky
El país después del disparo de Mayakovsky
Sentado en el medio del Parque de la Libertad
en el medio de mí mismo
veo pasar las sombras de los otros
veo pasar mi sombra
la energía y vibración que no vuelve
que no está en la pólvora
en el aire
en la cicatriz
El país que sembré en el patio no crecerá
La tierra es poco fértil es amarga
corta
larga
como el ruido del ferrocarril
que corta la vena la raíz de la ideología
oscura o clara según el horizonte
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