martes, 9 de febrero de 2010

Poemas - Haroldo de Campos



Pintura de Andy Warhol


THÁLASSA THÁLASSA

1
No sabemos del Mar.
El Mar varonil con sus testículos de oro
El Mar con su corazón cardial de hojas verdes
Y sus inmensas branquias de pez aprisionado
El mar, no ese que da a nuestras costas
Pantera de espuma que las mujeres domestican
En sus redes de latex
Rey de bizancio y ungüento moviendo entre las esposas
Las manos manicuradas.

No sabemos del Mar.
El día nos confía entre la pobre materia de madera calada
Entre los pájaros huecos, los caballos de fuerza y la mucosa electrónica
Y a la noche adoramos el Sol de Galalite y el Poderoso As de Espadas
En cuanto los cinocéfalos corren sobre nuestros tejados
Aguardando la Mujer-Desnuda que ha de aparecer con sus pequeños senos
Bella como el almizcle que roe las pituitarias
Y las cibellinas muertas en torno de sus nalgas de plata.


2

No sabemos del Mar.
¡Oh trompetas de hueso!
Pífanos sordos embarcados en la arena!
-Un pájaro que se pierde en el cielo de celofán
Olvida su grito de gaviota marina.

Es aquí la muerte de Siete-Palmos-de-Tierra
Y triple corona de chumbe sobre la frente
La Muerte, el Gran-Perro montando un asno negro
Y trayendo a su frente los bombos de luto.

Es aquí la Tierra-Firme de los Navíos-Anclados
La Madera-de-ley y las Construcciones-de-Piedra
-El hombre que lee la suerte en las vísceras sagradas
Suspende a su puerta el bucráneo de los locos.

…Y hablan de una Ciudad antigua
Como esa moneda de arcilla
Y viva como el olor de esta rosa.
De sus mercados donde se bebía el vino de lotos
De sus destinos confiados a Ancianos de barbas de papiros.

De sus Leyes, de sus Dioses, y de sus Vírgenes, sus Reyes:
Y el inmenso dique de piedra erguido por su polvo
Para detener el Mar
- Son esas torres de plata que vemos al légamo de la marea
Y Él ahora la recubre como un verde murciélago
Recogiendo la membrana de las alas y al contrario
Suspendido
Como un verde murciélago en su siesta lunar.


3

Yo también practicando los Ritos Fúnebres de la Rosa
Cuando los Amigos - Los Templarios de un Misterio sin Templo –
Cruzan las lanzas y se apartan en un adiós melancólico
Yo nada sé del Mar, mas el Poema lo suple,
Y un escarabajo esmeralda posado en mi frente
Me habla en su ruda algarabía marítima:

- El Mar, Gallo Sultán con su clarín de España
Su triunfo de trescientos potros de amatista
Cuando bello y animal roe las propias entrañas
Y un puño de sal se abate en el horizonte.

- El Mar en su decúbito dorsal de hojas verdes
Sargazo de una lejana dinastía del púrpura
Dádiva labrador de su labranza de espuma
Halconero, en el hombro de su halcón – la Luna.

- El Mar
No ese león de pedrería que da a nuestras playas
Sol hidrópico, tigre
De tornasol que las mujeres amansan con el triángulo
Núbil en sus vientres de benjuí y electro-imán.

- El Mar, mancebo hirsuto
con peces en las ingles.

- El Mar, corazón cardial
Cribado de espadartes

Y en el pecho de dura sustancia marina
Como inmenso tatuaje el fósforo y santelmo
El esqueleto de coral de todos sus muertos.




4

Y un niño se yergue entre los hombres y se sienta entre lo sabios
(¡Tu signo, Oh Misterio, el rubí sobre la testa de los linces!)
Un niño de orfandad magnífica, como el último de una Raza.
Entre el pueblo de las Cavernas, el Pueblo de Tierra-Firme
Los Comedores-de-Tierra
Cuyos primogénitos se pudren en cántaros de barro
Y son los dioses-del-cimiento, los patrones, los lares
de las Construcciones-de-piedra y el Bien-raíz.

¡Un niño sentado entre los sabios y erguido entre los hombres!

El Bastardo, el Heredero
Presunto de un linaje a extinguirse
(Como los híbridos en las especies cargando una simiente infecunda)
Y hablo del Mar y de ancestros de límpida
Generación marina
A los Doctores que escriben sobre placas de adobe
A las mujeres que se tiñen las uñas de los pies con un esmalte de murex
Y a un hombre que entierra sus muertos en las mañanas del Domingo
Colocándoles debajo de la lengua una pequeña moneda
Y rellenándoles el vientre de natrón y especias…


5

Un niño, y su frente
Como el ala de un pájaro de marfil.
Un niño, y su voz como el temple de una espada
¡Y una insolación de bogas restaurando la lengua de los vaticinios!
-Tú, Diosa-Leona
Oh Muerte de esporas de bronce
- Muerte marítima, no esa de Siete-Palmos-de-Tierra…-
Yergue el tridente de oro, favorece
También a los alisios del Poema.

Virgen barroca, figura
En la proa de los navíos
Sacude la cabellera abisal perfumada de pólipos
Cuando el Mar almirante Te empuja y lo tatúas en el pecho
Como el esqueleto de coral de todos sus muertos.

Sostén la andadura del Poema, oh Favorita,
De fúnebre desnudez situada por eunucos
En cuanto sobre ti los dátilos claros como dedos
Se abren
Y nada hacia Tu ijada el cardumen aguerrido de los delfines.

-Y Tú, Árbol del Lenguaje,
Mano del Verbo
Cuyas raíces se prenden en el ombligo del Mar
Yergue Tu copa incendiada de dialectos
donde el Ave-del-Paraíso es un Iris de Alianza
Y el Fénix devora los rubíes de sí mismo.
Recibe este idioma cáustico como un oro votivo

Y las primicias del Poema, novillas no yuguladas
¡Te sean agradables!
Tú, Madre del Verbo cercada de hespérides desnudas,
Cuya habla es siniestra como la voz de los Oráculos
Y bífida como la lengua de los Dragones…


7

Un niño, y su Canto
Como un poco de sal en los ritos de Amistad…


8

…Un día un pueblo se cansará de oírlo
¡El pueblo se cansará de llamarlo “El justo”!
(Ese día los teléfonos serán pájaros de gargantas huecas
Repitiendo para siempre los nombres pérfidos del Exilio
Y escorpiones domesticados devorarán la lengua de los ruiseñores
Para que todos puedan oír la inobjetable
Dialéctica del Encéfalo Electrónico).
-¡Y como los Diez Mil que viran el Mar y dicen “Oh Mar”!
-Y como el Dogo de arnés de plata en el Bucentauro de nupcias

O esa criatura –la medusa- de pura sustancia marina
Tan límpida que la retina no filtra azul -sin tara,

Un hombre desciende de las Tierras-Firmes y procura
El Mar
-El mar varonil con sus testículos de oro
- El mar paternal de tórax iracundo
y sonoros pulmones de búfalo encerrado,

Y aquel inmenso corazón de nardo y hojas verdes
Pega su corazón filial rodeado de amatistas.

-Es ese yelmo de púrpura que vemos en el vaciante de las aguas…



los portales del tercer milenio
ruedan sobre sus ruedecillas de tres ceros
acoplados en c o l a de cometa
a un dos redondo
ruedan los signos del zodíaco
atizando la cósmica
relumbrante
antorcha augural

el principio-esperanza
pilastra izquierda del portal
y la mora-desespero
pilastra a la derecha
sustentan ambas
(discordante concordia)
los portones que chirrían
sobre los tres
ceros esféricos
donde la sûnya el
vacío búdico
emblanquea
como ojo de águila
absorto en redondos
plenisoles
el ojo y el astro
se contraespejan

un dos broncíneo
doble garra de goznes
articula los portales
en cuanto las ruedecillas cantan
la música gimiente de los batientes
que se entreabren
en el engaste dobladizo
de los quicios broncefúlgidos

el ángel-esperanza
y la gárgola-desespero
se confrontan
en el aplazado converger del
calendario

a lo largo del estepario
del futuro que se entre-
muestra vaciopleno de latentes
acasos
el ángel y la gárgola se enfrentan
del más hondo
de los siglos la voz del sabio melancólico
suena aún
resuena
aún
como antes
en el entrecielo del porvenir
que sibila su enigma:
la voz vieja del sabedor-
-de las-cosas repite
su refrán que el tránsito
de las centurias solo hizo
confirmar como caja-
-de ecos:

“y yo me volví
yo / y vi /
toda la opresión //
que se hizo / bajo el
sol ///
y he aquí el lloro de los oprimidos/
y no hay para ellos / consuelo //
y de la mano que los oprime /
fuerza //
y no hay para ellos /
consuelo”

y el ángel-esperanza retrocede
en su armadura de diamante
la gárgola-desespero jubila
en su gótico esqueletode piedra

: “lo que ya fue /
es lo que será //
y lo que será //
y lo que se hizo //
eso /
se hará //
y no hay nada nuevo /
bajo el sol” –
prosigue el-que-sabe
por entre las nieblas
de la nada

el arcángel-esperanza
poseído de sagrado
furor
llamea su espada
multicentelleante
y rasga un claro
no obnubilado
horizonte donde
se engendra el
f u t u r o
la gárgola chilla
en su nicho de piedra –
en la lámina
fulgurante de la espada se lee lee
clavado en estrellas:
“la esperanza existe
por causa de los desesperados”


POSADA LA MANUELA DE PILARES VIOLETA
(La loma, Medellín)


papagayos
verdeamarillos
pericoparlan
gárrulos
sobre un
asta
de
bambú

la maga
siberiana
charla con
ellos
en pajareante
lengua
psitacea


dos perros
mansísimos
(enormísimos)
juguetean
en
la
grama
verdeluz







(circula)
burbujeando
circula
el mate
de la
amistad

el
cielo
azul
de
Medellín
filtra
lento
un
tiempo
frondoso
de paraíso
rediviso


tantas
flores
que el
aroma
sube
a la
cabeza
y
sin
salir
del
suelo

volamos.


Medellín, 18 de junio de 1996

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