lunes, 3 de enero de 2011

Pastillas - ALICIA CORA FERNÁNDEZ




Ayer, como siempre y desde hace años,
mi garganta atesoró la pastilla azul.
Un vaso de agua mineral
la ayudó a recorrer el camino escarpado hasta la tolerancia.
Es maravillosa y su efecto ayuda a pasar las horas en la
oficina,
hilvanando sonrisas ante las injusticias más grandes del
mundo.

Hoy me toca la roja,
esa, la que me da coraje,
la maestra preclara que me enseñó a amarte,
la única que puede mover el espejo del techo testigo.
También puede venderme el sueño de tener tu boca.
Cuando la bufanda de tantas mentiras está ahogándome,
ella te desata y te recrea en caricias y abrazos.
Cuando ya no me queda ninguna en el frasco,
corro desesperada hasta la puerta de tu casa,
golpeo una y otra vez y por la mirilla chiquita
tu mano me da la mísera ración de rojo amor que te pido.

Mañana, es el turno de la verde.
Me la dio una vieja bruja de mirada torva
que se escudaba en las ascuas de fuego de sus ojos.
Su boca en un rictus vomitó estas palabras:
"esta pastilla verde la debes usar para emprender el viaje
de tu muerte
no te rebeles, ya estarán jugadas las cartas y te habrá ganado
la partida
la Reina de Corazones".

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