sábado, 18 de febrero de 2012

EDUCACIÓN DE LA SENSIBILIDAD - Jaime Jaramillo Escobar



Un poeta es mejor mientras más sentidos tenga. Por lo común se tienen cinco y sobran dos. Pero el poeta no se contenta con cinco. Desarrolla el sexto sentido (de orientación, debido a la magnetita), así como los otros sentidos: el de observación, el sentido común, el sin sentido y el sentido de la realidad. También el de la irrealidad, y el de la poesía, y el del absurdo, y el de percepción extrasensorial, y el mágico y el de los sueños. Y el de la velocidad tanto como el de la quietud. Es decir, que está conectado al Universo como una neurona por muchos puntos de contacto que le transmiten información de proceso y de intercambio. El cerebro del poeta crece hasta los ochenta o noventa años y luego se desintegra en sucesivas explosiones pirotécnicas.



El sentido del tacto se ejercita tocando, si no tenemos miedo de ensuciarnos las manos. Pero he visto, en Bogotá, ¡poetas con guantes!
El sentido del gusto se pierde en la prisa y en el olvido de ese otro sentido, con el cual está íntimamente relacionado, que es el olfato. La polución atenta contra los sentidos. En la ciudad se agudiza la inteligencia, pero se deterioran los sentidos. Lo primero que desterramos son los olores. Nada debe oler a nada. Los sabores se atenúan y todas las cosas se vuelven lisas para que no nos hieran. El oído se llena de ruidos y estridencias y la vista se ofende con toda clase de cosas feas y de colores chillones. No es de extrañar que algunos poetas pierdan la razón, puesto que todo cuanto los rodea es decididamente irracional. Las personas normales están completamente locas. Mírenlas bien.



La Biblioteca Pública Piloto quiso abrir un taller de los sentidos y no se encontró interés en eso porque dijeron que el taller de los sentidos es el mundo. Pero la mayoría de las personas permanecen insensibles frente al mundo. Su actitud ante la Naturaleza es una actitud urbana, de indiferencia y destrucción. Se aprecia una flor si tiene precio en el mercado. De lo contrario, se la sustituye por una imitación. Ya he visto en jaulas pájaros mecánicos, frente a los cuales se ponen frutas artificiales. El pájaro tiene un mecanismo que lo hace cantar al despuntar el alba.
A pesar de la afamada ”literatura urbana”, el poeta tiene que salir al campo. El poeta que no se relaciona con la naturaleza tampoco se relaciona con Dios. Dios es campesino. Nadie lo ha civilizado. Si quieres ver a Dios mira el Universo. El aparato para mirar a Dios se llama radiotelescopio.



Si vemos un insecto lo aplastamos antes de intentar observarlo. Les hemos declarado la guerra a todos los animales y contra ellos hemos fabricado venenos, trampas y armas de todas clases, incluidos los aviones para fumigación de pájaros.



Al paso que vamos, los hombres del futuro tendrán sólo dos sentidos: de dinero y de muerte. Tal vez los poetas puedan hacer algo, si no pierden el sentido de las proporciones.
Sensibilidad no es sensiblería. Es la capacidad de apreciación de lo bello a través de patrones formados en las diversas vertientes de la cultura y decantados por la elaboración personal. Es perceptibilidad, receptividad, capacidad emotiva controlada por la educación y el temperamento. Poco nos dice una pintura mientras no hayamos estudiado la historia del arte. Ni una obra musical mientras no sepamos de qué se trata.



La sensibilidad se cultiva a través de las artes, las ciencias, la literatura, la reflexión, y hay que tener alerta todos los sentidos y el cerebro despierto durante todo el tiempo si se desea ser escritor. Los poetas de fin de semana y los pintores de fin de semana no pasan de ser aficionados, hermosos diletantes. La sensibilidad, si no se usa, se embota. Poetas romos y obtusos son emborronadores de papel. Hagamos la cuenta de cuántos poetas conocemos verdaderamente agudos.



NOTAS



Con sus cinco sentidos básicos, los humanos pueden, según quieran, percibir, percibir deficientemente, o no percibir en absoluto. PETER TOMPKINS y CHRISTOPHER BIRD (La vida secreta de las plantas)



Nada puede curar mejor el alma que los sentidos. OSCAR WILDE



El té: el primer sorbo es alegría, el segundo júbilo, el tercero serenidad, el cuarto locura, el quinto éxtasis. El Zen



El paisaje agreste es el ambiente natural de las cabras y de los poetas. ALEJANDRO CASONA



Debe haber algo de hombre de campo en todo poeta. WALLACE STEVENS



El campo, ese lugar horrible donde los pollos andan crudos. JEAN COCTEAU



Un poeta de los pocos que todavía van al campo. FEDERICO GARCÍA LORCA (El maleficio de la mariposa. 1919)



La mayor parte de los hombres es más sentimental que inteligente. ALBERT CAMUS



Los sentimientos constituyen la forma de razonamiento más incompleta que se pueda imaginar. LAUTRÈAMONT



El país está repleto de gente que lo sabe todo pero no entiende nada. TRUMAN CAPOTE

2 comentarios:

Ophir Alviárez dijo...

Gracias por esto, genial. Me lo llevo a mis alforjas y tesoros. Besos!!!

Ophir

Dahiel Corve dijo...

Jmmmm....

Sopesando lo leído,cae vertiginosamente la cabeza al suelo, aplastando unas cuantas larvas parásitas, de esas que dejan caer los "poetas", a la entrada de mi casa.