miércoles, 27 de marzo de 2013

John Galán Casanova







Esta ciudad




Esta ciudad provoca escribir un poema antirrobo.

Un poema de máscaras de hierro

donde las rejas de puertas y ventanas

se propagan al cerco de la cara

y le sirven de antifaz.

Esta ciudad provoca escribir poemas quitamanchas.

Manchas de pegante en labios de niñ s,

manchas de adult s llevando costales de tiempo perdido.

Manchas en la risa de los gobernantes,

en los nudos de manos inermes,

lentas manchas de petróleo y tóxicos

que reptan sobre el río.

Esta ciudad urge, no deja en paz,

parece decir al oído:

vuélvete loco de amor,

escribe un salmo que haga mi faz menos inhóspita.

Y los templos abren sus puertas

para sentarse en silencio

a observar la cabeza blanca de l s viej s,

ignorando qué increíble modo de amar conservan.

De ahí se vuelve a la calle

a fluir en un llanto tibio y transparente,

haciendo imágenes con el dolor

para que el llanto sea colectivo

y lloremos la muerte de los sentimientos.

Porque qué orfandad de sentimientos

entraña sobrevivir en esta ciudad.

No hay comentarios: