lunes, 10 de febrero de 2014

Atanasio Fet - Rusia




De noche...


De noche me gusta quedarme junto a la ventana.
La luna me mira desde lo alto. Penetrando a través
de los vidrios, con sus rayos dibuja cuadrados
en el piso y llena el cuarto de humo transparente.
Tras de la ventana, en el jardín, entre lilas y tilos,
apartando las copas oscuras, con su rayo incierto pasa

a través de las ramas y sus flechas doradas caen
como una lluvia clara. A veces una hoja solitaria impide
al rayo lunar derramarse en el suelo,
y cubierta de luz, tiembla, negra, en su sombra.
Y exclamo: ¡bendito, mil veces bendito
el que ya está iniciado, oh Diana, en tus misterios!


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