viernes, 30 de mayo de 2008

Poesía Colombiana


Árbol talado






Talaron todas
sus ramas.
Amputado,
continúa atado al negro suelo
que bebe sol.
El tronco clavado
como una cruz.
Talaron todas sus ramas,
no tiene semillas
ni frutos.
¿Por qué el aserrador
hizo a medias la tarea?
Árbol talado,
a la deriva,
los muñones a cielo abierto.
Tan cerca y tan lejos
de la luna
los días
la muerte
la vida.

Todo bajo control, 6




Hace cincuenta años
se memorizaban direcciones y fechas,
no números de teléfono.
Hace un siglo
se memorizaban
plegarias, canciones y versos.
Hoy memorizamos
el número del celular
y la clave del cajero.
Los abuelos nunca soñaron
que la plata
fuera a salir de la pared.
No imaginaron
locales de cabinas telefónicas atestados
ni a la gente caminando y hablando sola
por el auricular.
Y pensar
que antes del sofá de la T.V.
existió el diván de Freud,
que antes de decir: ¿tienes minutos?
se decía: ¿tienes horas?
Hubo una época,
cuesta creerlo,
en que el mundo
no tenía pantalla.
Al atardecer,
sin comerciales,
el sol y su cortejo de nubes
rodaban cada vez
una película distinta.

Sí AY agujas, 5




A diferencia de Z,
entendiste
(y eso me hace recordar a I)
que A + B
nunca resulta
la misma ecuación.
O dio en el clavo
al decirme:
¿creíste vivir con P
lo que en vano
habías anhelado
repetir con S?
Tú,
E, F,
K o M
le habrían reinventado
el mundo a cualquiera,
ya ves…
Si, como parece,
nos pasa ahora
lo que desató H,
advirtió C
y Z ignora,
no me asombra.
Al lado de T y de W
seré otra letra
en tu abecé.
Una cuenta
del collar
donde te ensartas.


John Galán Casanova. Poeta y ensa­yis­ta. Estudió literatura en la Universidad Nacional de Colombia. Ha publicado los libros de poe­mas ALMAC N AC STA (Colcultura, 1993; Premio Nacio­nal de Poesía Joven), EL CORAZ´N PORTÁTIL (Lealón, 1999) y AY YA (Edi­ciones El Ate­neo, 2002). Es autor de una mono­gra­fía sobre el cronista antioqueño Luis Te­jada Cano (“Luis Tejada: crítica cró­ni­ca”, Boletín Cultural y Bibliográfico, Ban­co de la República, vol. XXX, núm. 33). Sos­tuvo la columna de opinión “En el cami­no” para el periódico El Es­pec­ta­dor (julio de 1994-noviembre de 1995).

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