martes, 25 de noviembre de 2008

Alcibíades (alumno de Sócrates)


La vida de Alcibíades, a tenor de lo que de él han ido escribiendo los más variados autores clásicos cercanos a su época, es una impresionante sucesión de aventuras, peripecias, anécdotas y señales históricas que le convierten en un personaje mas que destacado e influyente.
Fue ahijado de Pericles, admirador y enamorado (platónicamente) de Sócrates, estuvo en el cogollo de toda la vida política de la Atenas del siglo V a.C. Mas de un escritor le han señalado como un timonel de su realidad histórica.

Su huella queda marcada en los textos de variados autores: además de su relación con Pericles, con Sócrates, aparece reflejado en las letras de Tucídides, uno de los mas señalados historiadores de su época. Aparece en los escritos de Jenofonte, en los de Aristófanes, Eurípides y también en las referencias de Isócrates y Lisías, o Diodoro de Sicilia, o Andócides, . Y estos son meros ejemplos.
Si hacemos un mero apunte cronológico tenemos a Tucídides, que dedica desde el libro V hasta el final, es decir entre el año 420 al 411,
Jenofonte escribió la continuación de la historia que Tucídides dejó inacabada, Alcibíades aparece entre los años 411 y 404. También aparece en los recuerdos de Sócrates en "Los memorables".
Plutarco, entre sus "Vidas paralelas", le dedica una (La Vida de Alcibíades) conjugándola con la "Vida de Lisandro" (El lacedemonio que venció a Alcibíades)
Cornelio Nepote, autor de "Vidas de hombres Ilustres", dedica mas de una línea a nuestro personaje.
Pero además de Jenofonte, es Platón quien le pone en escena en numerosos diálogos, fundamentalmente en "El banquete" y en "Alcibíades mayor".
El Banquete, narra las conversaciones de una reunión de hombres eminentes que hablan del amor. Pero bien avanzada la charla y los diálogos, un ultimo personaje hace su entrada notoria y destacada. Viene ebrio y sostenido por un flautista. Todos le saludan y atienden su charla con Sócrates que es prácticamente el único interlocutor a su altura. El joven coronado de hiedra y el filosofo son las estrellas del dialogo. Y es que Alcibíades lo tiene todo.

Su atributo mas evidente es bien visible. Es excepcionalmente bello. En "Los memorables" el autor Jenofonte lo plantea desde el principio: "A causa de su belleza Alcibíades era perseguido por muchas damas de renombre.- (y no solo por damas) - Se le llamaba normalmente "El bello Alcibíades".
Hay que recordar que la belleza en aquellos tiempos, era un mérito que combinado con las cualidades morales constituía el ideal del hombre.
Si bien no existen imágenes del personaje, a través de su presencia en los textos se sabe que su hermosura iba acompañada con el salero, garbo y capacidad seductora. Plutarco lo plantea en su biografía: " En cuanto a la belleza de Alcibíades, no hay mas que decir que floreciendo la de su semblante en toda edad y tiempo, de niño, de adolescente, de hombre adulto, le hizo siempre amable y gracioso. Pues lo que dijo Eurípides, que en los que son hermosos es también hermoso el otoño, no es así. Este fue privilegio de Alcibíades y de algunos otros. Él se lo debe a un buen natural y a una excelente constitución física. En cuanto a su forma de hablar, se dice que hasta su defecto de pronunciación le agraciaba y le prestaba a su lenguaje un encanto que contribuía a la persuasión".
Son variadas las anécdotas - reales o inventadas - que reflejan las maneras y acciones de este seductor. Por ejemplo, aunque el pequeño Alcibíades aprendía todo lo que tenía que saber un joven de buena familia, y además mostrando una inteligencia excepcional, se cuenta que se negó tajantemente a aprender a tocar la flauta porque deformaba la cara y estorbaba la buena pronunciación.

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