Debería usted conocer el balcón de mi casa doctor…
En mañanas de atortoladas lloviznas,
me habla muy quedo.
Pregunta por la esquina más discreta de mi cuerpo,
constantemente me regaña por haber crecido.
Yo le digo que soy escritor, que aún soy niño,
pero el balcón refuta airado: ¡Tonterías, te descuidaste!
-Los poetas son los primeros que pierden su infancia y la inocencia
por estar en la pose de escribir el mundo de nuevo…-
Vamos ya lo hemos hablado antes, no te desanimes:
Lánzate.
Ya no eres el niño que jugaba con mis barandas,
convirtiéndome en su barco o su nave inter-estelar.
Cae en picada sobre los recibos de luz y acueducto
no los pagues esta vez.
No uses más las escaleras.
¿Para que te ahorras lo de la funeraria?
Yo le respondo doctor a mi balcón, con una confusión silenciosa.
-No lo sé balcón, no lo sé…-
Suena el timbre y mirando por encima de la baranda
le digo a mi balcón: -¡Cállate, dejemos la cosa para otra ocasión¡
Acaba de llegar ella.
FARLAY, SURLAY (Medellín, 1971). Estudiante de sicología en la Universidad de Antioquia.Libro: A la espera de Nayán (1994).«Hijo de un mago y criado por un brujo, Surlay Farlay nació predestinado a la poesía» dice Jaime Jaramillo Escobar, quien hace un magistral esbozo biográfico de su discípulo en el taller de poesía de la Biblioteca Piloto de Medellín, publicado en el Boletín Bibliográfico de la Biblioteca Luis Ángel Arango (número 36, de 1995).
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