miércoles, 15 de agosto de 2012

Porfiro Barba Jacob






Cintia deleitosa




Como una flor arcana, llameando

bajo el turquí del cielo apareció.

Fue su amor mi almohada matutina;

su seno azul, de gota coralina

en el pezón, de noche mi almohada.



Y era esencia tan dulce y regalada

la de su carne en flor, la de su boca

por enjambres de besos habitada,

la de su axila, ¡leche con canela!,

que un ansia de gozarla me extenuó.



Cintia concentra la onda de la vida.

el campo es de Ella y grana para Ella.

Mi sangre está en su carne consumida;

su alma radia con mi luz ardida,

y ella está en mí porque yo estoy en Ella.



-Dame tu axila, ¡leche con canela!

Dame tu beso, dámelo, y la lengua

fina y caliente y roja y ternezuela...



-¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!

fatiga dulce, letal desvarío...



-¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!

No más, amorcito mío,

que me muero...



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