sábado, 24 de enero de 2015

¡Hágase la luz! - Óscar Jairo González Hernández




La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Unesco, declaró el 2015 como el Año Internacional de la luz. 



Óscar Jairo González Hernández

Profesor Facultad de Comunicación

Comunicación y Lenguajes Audiovisuales

Universidad de Medellín


Serán 365 días para reflexionar sobre cómo la luz incide en nuestra vida y obra, por lo cual varios dramaturgos, ensayistas, fotógrafos, poetas y escritores contemporáneos compartieron ¿qué es para ellos la luz?, ¿cómo se dio su relación inicial ante ella?, ¿cómo se desarrolló, evolucionó o no interviniendo su ser y hacer estético?.



Además, los entrevistados expresaron ¿con la obra de qué  poetas, escritores, pintores, escultores o demás creadores descubrieron y pudieron transmitir a sí mismos su relación con el tema de la luz? y ¿si consideran o no  que la relación con la luz se mantiene y sostiene intacta o indeleble en su hacer estético?

Walther Espinal (Poeta)

“La luz es el comienzo o el fin de las cosas. Es el complemento de la oscuridad. Cuando era niño tuve un tiempo en que no era capaz de dormir sin luz, de las cortinas emergían nubarrones a punto de estallar; ahora, después de una treintena de años, una mínima chispa de luz abre mis ojos nerviosos. Mi primer encuentro con la luz se remonta a mi época de escolar, a aquellos instantes reveladores de los libros. Cuando leo a José Manuel Arango descubro mucha luz en sus versos. Y esta luz tiene el carácter de acompañamiento, vigilia, esperanza y fragilidad”.

“Mi idea inicial de la luz fue evolucionando con el estudio de la Filosofía, especialmente con la lectura de los textos de Platón. Es muy conocido aquel pasaje de La República donde se recrea el mito de la caverna. De un modo persuasivo Platón nos empuja a abandonar cualquier pasividad de pensamiento y a través de alegorías pinta el horizonte como un mundo luminoso”.

“Siempre la luz la he relacionado con la llama. Y en la llama he visto reflejada a la poesía. Un poeta ecuatoriano, David Ledesma, hace arder hilos de luz en su poema Teoría de la llama: ‘Me transfiguro/ en una entera llama de Poesía/ que arde/ crepita/ y ruge/ desde adentro’”.

Doris Benítez Gallego (Fotógrafa y docente)

“Para mí, la luz es revelación. Lo es todo, es alquimia, descubrimiento y sorpresa… es el esplendor que devela lo verdadero. Sin ella nada existiría”.

“Es la esencia de la fotografía y -podría decir- de todo cuanto existe, gracias a ella el mundo ‘material’ deviene visible. Así mismo, es metáfora ‘espiritual’. En realidad, para mí, está presente en todo”.

“Desde pequeña me maravillaba y me preguntaba sobre el porqué de muchos de los fenómenos que implicaban la acción y la naturaleza de la luz”.

“Llevo más de 20 años trabajando en diferentes instituciones educativas y universidades de la ciudad. Este acontecer ha generado profundos cambios en mi modo de ver y sentir la fotografía como también, todas lasreflexiones y disertaciones suscitadas a raíz de los aspectos que comprende y encierra la llamada postfotografía”.

Lucía Estrada (Poeta)

“La luz será siempre en mi vida una presencia inquietante. Ella permanece de pie frente a mí aunque sea noche cerrada. Es ella la que se desliza por los muros, por la superficie de las cosas hasta encontrarme. Nunca habla en voz alta por más que venga del sol. La verdadera luz entabla relación directa con nuestras visiones, con nuestra experiencia del mundo. La verdadera luz canta debajo de los párpados, es ella la que incita el deseo de fundar nuevas formas, nuevos colores, nuevas atmósferas”.

“Lo maravilloso de la memoria poética que tiene la luz es que te permite pasar de un estado a otro del espíritu con la fluidez del agua, manteniéndose siempre protegida de nuestros momentos llanos, sin gracia, es decir, a pesar de nosotros mismos. Es esa luz de la que no nos ocupamos pero que vive en nosotros y salta en nuestras palabras y en nuestros abismos, la que nos vincula con los rasgos originales de lo que realmente somos”.



William Gómez (Dramaturgo y actor)

“Luminosidad, el espacio de las sombras, el cerebro, la escritura. Asumo la idea de luz como el punto de fuga en la vida del esteta, el descubrimiento de la energía de la poesía”.

“En la escritura y la poesía y la pintura, tiendo la mano de mi gusto particularmente a Arthur Rimbaud, VincentVan Gogh, Felisberto Hernández y Macedonio Fernández. Sus ideas, reflexiones y acciones son una línea férrea a la hora de concebir ideas para mi mundo, para mi hacer”.

Jacobo Echeverri (Dramaturgo y novelista)

“Recuerdo  que cuando pequeño se iba la luz. Si nadie encendía una vela, yo la buscaba en los cajones. Tanteaba en la oscuridad con la incómoda sensación de que alguien podía tocarme por la espalda. La llama nos reunía a todos en la mesa o en la sala. Si sólo estábamos en casa mi mamá y yo, ella me contaba historias, me hablaba de su infancia”.

“Una fogata en medio de la nada me provoca estar en silencio, como si así se limpiaran los pensamientos. Un par de veces, caminando en medio de la noche por carreteras secundarias llenas de polvo y piedra llegué a divisar en el fondo las luces de autos que se acercaban. Todo se reducía en aquel momento a decidir si debía dejarme o no dejarme ver. En esa elección podía haber un giro en la historia, y temía descubrirlo”.

“Me gustaría llegar a escribir de la forma en que Edward Hopper pintaba, de tal manera que el lector pudiera encontrar, si se atrevía  a mirar dentro de los personajes, espacios iluminados como lo haría Goya”.

Juan Pascuales (Dramaturgo y actor)

“La luz es metáfora del intelecto. En mi niñez se manifestaba en dudas constantes ante las inconsistencias en las interpretaciones que las que muchos adultos daban a los mitos y a los sucesos. Recorrí muchos cultos; iluminados de toda calaña estuvieron cerca de apagar la frágil llama que heredé de Prometeo. Nietzsche derramó su combustible en mi alma a los 15 años; desde esa época empecé a distanciarme de ‘los seres de luz’”. 

“Con la llama me adentré en lugares oscuros del mundo y de la mente, durante siete años… eso tardé en cazar a los dioses de mis seres amados para arrancarles los ojos y adornar con ellos mi corona de Rey Tonto”.



Hugo Mujica (Poeta, ensayista)

“Nunca me relacioné con la luz -sería como relacionarse con el silencio, uno sólo se relaciona con las palabras, incluida “silencio”- me relacioné con lo que ella ilumina y en lo iluminado se esconde: deja ser, muestra sin mostrarse, la vemos -sin verla- en lo que se trasparenta y en lo mostrado de sí se olvida”.

“Sin duda con la del arquitecto Tadao Ando, que, en su concepción espacial -creo yo habiendo estado en algunos de sus edificios y en su Iglesia de la Luz- no parte del vacío, del espacio a dar forma, a rodear, sino de la luz, de cómo dejarla llegar, cómo abrirle lugar”.

“Una autocita: ‘Las sombras no dan a luz, pero también desde ellas nacemos, digo, nada es intacto o indeleble, todo es relación y mutuamente se crean. Me vuelvo a citar: Dios se oculta en las sombras de su propia luz’”.

Carlos Ciro (Traductor, poeta y ensayista)

“La luz es la primera ilusión de mundo y, tras la ustión del aire que inunda los pulmones del neonato, la segunda herida que ritma el latir del corazón. Es imposible no pensar en Lezama-Lima y su preciosa definición: ‘la luz es el primer animal visible de lo invisible’. La luz acompaña siempre, desde el nacimiento, pero la conciencia de su presencia sólo asiste cuando nos arropa la densa oscuridad. Es la oscuridad la que delata su existencia y traza sus rumbos”.

“En la escritura, cuando comienzo a sentirla como una voluntad de desaparición, de borradura y a entenderla como señal de una herida, como cicatriz -fisura y hendidura a un mismo tiempo- que en la epidermis del tiempo se instaura sabiendo que nada allí permanece; cuando la escritura cobra la forma de un hechizo que intenta apresar entre líneas de sombra la huidiza luz que rutila en el fondo de todo y es nada”.

Mauricio Naranjo (Poeta y ensayista)

“Gastón Bachelard, La llama de una vela.  Sólo en ese instante se revelan todos los misterios, sólo con la llama de una vela existe la luz verdadera, aquella que permite la ensoñación, la duermevela: el fuego de la pasión, la luz del conocimiento, el éxtasis fulgurante donde bailan los dioses que nos habitan”.

“Iluminado por fantasmas, transito por la creación.  La luz sí, pero aquella tenue que se insinúa como una mujer desnuda en la oscuridad de mi ser taciturno e iridiscente.  La luz, sí, pero aquella que habita en los ojos como una ilusión, como un acto de magia en el circo de los muertos y en la risa de una ciudad eléctrica que odia las estrellas”.


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