lunes, 2 de enero de 2012

Gabriel Jaime Caro




Ajo y tomate


Después de todo estoy solo, herido
de Dios y sus extraños bichos.
Es en otro lado del cuerpo
donde el suplicio trata de calmarse
con un par de aspirinas.

Después de quemar la hierba
sola
voy a la cocina
Ajo y tomate.

1 comentario:

Mauro Vélez dijo...

El poema bandera de Gajaka. Me gusta mucho la foto y sobre todo ese humor tan esquisito y espiritual. Yo me dejaría hacer de Gajaka cualquier cosa con su látigo de criticas.