miércoles, 11 de julio de 2012

Jabberwocky - Lewis Carroll




Asardecía y las pegájiles tovas

giraban y scopaban en las humeturas;

misébiles estaban las lorogolobas,

superrugían las memes cerduras.

¡Con el Jabberwock, hijo mío, ten cuidado!

¡Sus fauces que destrozan, sus garras que apresan!

¡Cuidado con el ave Jubjub, hazte a un lado

si vienen las frumiantes Roburlezas!

Empuñó decidido su espada vorpal,

buscó largo tiempo al monxio enemigo -

Bajo el árbol Tamtam paró a descansar

y allí permanecía pensativo

Y estaba hundido en sus ufosos pensamientos

cuando el Jabberwock con los ojos en llamas

resofló a través del bosque tulguiento:

¡burbrujereando mientras se acercaba!

¡Uno, dos! ¡Uno, dos! ¡A diestra y siniestra

la hoja vorpalina silbicortipartió!

El monxio fue muerto, con su cabeza en ristre

el joven galofante regresó.

"¡Muchacho bradiante, mataste al Jabberwock!

¡Ven que te abrace! ¡Que día más fragoso

me regalas, hijo! ¡Kalay, kalay, kaló!"

reiqueaba el viejo en su alborozo.

Asardecía y las pegájiles tovas

giraban y scopaban en las humeturas;

misébiles estaban las lorogolobas,

superrugían las memes cerduras.

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