sábado, 14 de julio de 2012

Pedro Salinas







No quiero que te vayas,

Dolor, última forma

de amar. Me estoy sintiendo

vivir cuando me dueles

no en ti, ni aquí, más lejos:

en la tierra, en el año

de donde vienes tú,

en el amor con ella

y todo lo que fue…

En esa realidad

hundida que se niega

a sí misma y se empeña

en que nunca ha existido,

que sólo fue un pretexto

mío para vivir.

Si tú no me quedaras,

dolor, irrefutable,

yo me lo creería;

pero me quedas tú.

Tu verdad me asegura

que nada fue mentira.

Y mientras yo te sienta,

tú me serás, dolor,

la prueba de otra vida

en que no me dolías.

La gran prueba, a lo lejos,

de que existió, de que existe,

de que me quiso, sí,

de que aún la estoy queriendo.

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