domingo, 18 de noviembre de 2012

Constantino Cavafis









Media hora




Ni te he poseído ni te poseeré

nunca, creo. Unas pocas palabras, un acercamiento

como en el bar anteayer, y nada más.

Es triste, no lo niego. Pero nosotros los artistas,

a veces, con el poder de la mente, y, claro está, sólo

por pocos minutos, creamos un placer

que casi parece real.

Así, en el bar anteayer –ayudado, además,

tan misericordiosamente por el alcohol-

pasé media hora totalmente erótica.

Y me parece que lo comprendiste

y te quedaste un rato más a propósito.

Y eso era muy necesario. Porque,

a pesar de toda mi imaginación y de la magia del vino,

me era preciso ver tus labios,

me era preciso tener tu cuerpo junto a mí.

No hay comentarios: