martes, 24 de noviembre de 2009
Tres poemas de Anne Waldman
En el día de tu cumpleaños viejo Walt Whitman
Oh estratégico mapa del desastre, hambrienta América
blanco del canto, del poema que anda a los tumbos,
de toda la protesta
Una larga e imperfecta historia ensombrece tu rostro
América: dejá que el sufrimiento, la fatiga, el sexo
y las distracciones sublimes caigan en el olvido
se desvanezcan de los expedientes
Dale tu permiso a este mundo para que pueda seguir
Respirando
Es simple: una mujer abandona el lecho, se despereza
El Mundo es su espejo, la puerta hacia el dolor
(Ardua tarea matinal, whitmaniana: despertar al país a
su propio ser)
Vísperas de una noche de brujas
Cuando
me siento
en el ómnibus,
mi madre
su fantasma
se yerguen
en
mi
cuerpo.
Sostengo
cabeza
con
el
puño cerrado
de
esta mano
bajo el
mentón.
Resignada
observo
a través
de la ventanilla
el mundo
que
pasa.
Igual
que
ella
mi madre;
pensándolo
así,
del
mismo
modo.
Berthe Morisot
Hacia el final de sus días ella dijo que
el anhelo de llegar a la fama después de muerta
se le antojaba una ambición desmedida.
"La mía", agregó,
"se limita al deseo de pintar
cosas, la más mínima de ellas,
algo mientras sucede".
Un crítico escribió acerca de la muestra realizada
en el "salon des impressionnistes" individualizando
a la Morisot: "son cinco o seis lunáticos,
uno de ellos, mujer".
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