No son anzuelos mis pechos
ni telarañas mis caderas.
Te vas cuando se acaba
te sueltas cuando quieras.
Son rojos mis labios
que queman como una hoguera.
Si quieres puedes entrar
y beber de mis hechizos.
Necesitas amarme
y pedirme que te quiera.
Es sólo juego de pieles
dulces quimeras
que se entregan en la noche
que se viven con cualquiera.
Nadie habrá de morirse
el día de la despedida.
Somos aves de paso
flores de un día
sólo fuego que se olvida.
*
Invoco a los dioses del olvido
que no recuerde su amor inteligible.
Borren de mi memoria su sonrisa.
El sabor de mi boca en sus labios.
Su piel en mis dedos.
Dioses del olvido
borren su historia mal contada.
Que no abrace su recuerdo
fundido en la nostalgia.
Borren el dolor que me ha enseñado.
Les ofrezco toda mi memoria.
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