domingo, 13 de diciembre de 2009
Antonio Gamoneda: La poesía no me interesa como palabra ornamentada. Entrevista, 2009 - Ana María Hernández
-¿Cuánto ha variado su poesía desde sus inicios?
-Hacia mediados de los setenta, cuando apareció la democracia en España, yo llevaba 15 años escribiendo poco y sin publicar. A partir de ese momento algo me incentivó o yo dejé de preocuparme por la dictadura, pero me di cuenta que mi poesía, mi lenguaje, mi pensamiento poético, habían cambiado.
-¿Qué es ese pensamiento poético?
-Lo entiendo como el lenguaje interior que, en mi caso, registró una rítmica distinta, una manera de dirigirme hacia una semántica desconocida, una significación que antes era más deliberada aunque no puro automatismo. Y eso, más toda la vida de esos 15 años, dieron como resultado un giro en el lenguaje poético fuerte.
-¿Hubo síntomas?
-Ocurre que la poesía no me interesa como palabra ornamentada. Me interesa más como un hecho existencial, con el mismo peso de realidad y vida que pueden tener otros aspectos. Los años habían pasado, la existencia me había cargado de sentidos y de contenidos nuevos y eso, más algo intuitivo, habían cambiado todo.
-¿Qué pasó?
-Un día iba por la orilla del río Torío, con orillas llenas de álamos y se me aparecieron unas palabras: “El óxido se posó en mi lengua como el sabor de una desaparición”. Yo no lo pensé, vinieron y eran palabras con un molduraje un tanto rítmico como semántico imprevisto para mí. Allí partió la poesía y, como ahora no tengo perspectiva sobre mí mismo, no sé si hay verdaderos cambios.
-Se dice que su poesía no entra en ninguna tendencia, ¿Cómo la define?
-Eso no es ningún mérito especial. Yo soy un poeta provinciano vocacionalmente, que nunca he participado de los mundillos literarios, de los grupos que configuran una tendencia. La poesía se hace en soledad, incluso la que conlleva solidaridades.
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